16 de abril de 2013
7mo. ENCUENTRO DEL CLUB VIRTUAL DE MONTAÑA EN PERÚ LAGUNA DE RAPAGNA (27 y 28 ABRIL)
Estimados amigos.
La Asociación de Montañistas 4.0 los invita al 7mo. Encuentro Virtual de Montaña que se realizará en la Laguna de Rapagna (4550 m.s.n.m.) en el distrito de San Mateo, provincia de Huarochirí, departamento de Lima. Este evento lo realizaremos por segundo año consecutivo en el Perú. Este gran sueño que nos permitirá unir a todos los grupos de montaña y aficionados a este deporte.
El Club Virtual de Montaña (CVM), nació en Argentina con un grupo de cuatro personas que compartían una misma pasión, el montañismo, y se conocieron a través de internet. De a pocos, este grupo ha ido creciendo gracias a las redes sociales convocando a distintas personas de varios países del mundo como Argentina, Chile, Perú, España, Bulgaria, Brasil, entre otros, quienes compartimos y difundimos nuestras experiencias y conocimiento sobre el montañismo y escalada que realizamos en nuestros países de origen.
Los 3 primeros encuentros se realizaron en Argentina desde el año 2011. El 4to Encuentro que se realizó en Gigantes ubicado en la Ciudad de Córdoba los días 25, 26 y 27 de mayo del año 2012. El 5to Encuentro se llevó a cabo en Chile en Cajón del Maipo los días 30 de junio al 2 de julio del año 2012. El 6to. Encuentro se realizó en Perú en la meseta de Marcahuasi los días 14 y 15 de julio del año 2012 donde se compartió y disfrutó con los grupos aficionados y profesionales de este deporte.
Este 7mo. Encuentro se llevará a cabo en nuestro país gracias a las coordinaciones hechas con Gustavo Pirat, montañista argentino fundador del CLUB VIRTUAL DE MONTAÑA. Estamos muy comprometidos y sumamente felices de ser, una vez más, los anfitriones de este evento que se realizará, en esta ocasión, en la LAGUNA DE RAPAGNA los días 27 y 28 de abril del 2013.
Este encuentro es sin fines de lucro. No hay aportes por la salida (cada participante cubre sus gastos de transporte y alimentación). Solo se pide compartir y disfrutar de un fin de semana con un grupo de personas que aman el montañismo y que puedan desconectarse unos días del mundo virtual para compartir personalmente con toda la comunidad montañera peruana sus experiencias, expectativas y sueños de quienes se inician en este deporte.
Itinerario que realizaremos durante este encuentro:
Sábado 27 de Abril:
•Nos reuniremos a las 7:00 a.m. en el parque ubicado a espaldas del Ex Cine Orrantia, entre la av. Javier Prado y av. Arequipa, en San Isidro, Lima. Aquí abordaremos los buses que nos trasladarán hasta Rio Blanco (Kilómetro 100 de la Carretera Central y a 3,600 m.s.n.m.). Para asegurar que tu viaje sea cómodo es necesario que nos confirmes tu asistencia antes del 20 de abril para realizar la reserva de tu asiento. Lo puedes hacer enviando un correo a Ingrid Osorio (ingrid_osorio@yahoo.com) para resolver tus dudas y consultas. El costo de los pasajes es asumido por cada participante.
•Llegando al Río Blanco emprenderemos una caminata entre 3 y 4 horas (dependiendo del estado físico del trekero) hasta la zona de campamento. Los primeros grupos estarán llegando alrededor de las 3:00 p.m. ubicado antes de la Laguna de Rapagna.
•A medida que los grupos van llegando se irán instalando en sus campamentos. Después de un breve descanso y cena, iniciaremos las actividades del programa elaborado por el comité organizador y compartiremos con el grupo alrededor de una cálida fogata. También contaremos con la presencia de los representantes de los grupos de montaña y auspiciadores del evento. Habrán sorteos de regalos donados por nuestros auspiciadores y algunas sorpresas más.
Domingo 28 de Abril:
•Después de reparador desayuno de confraternidad y de levantar el campamento, iniciaremos el ascenso a la Laguna de Rapagna a las 7:00 a.m. una vez logrado aclimatarnos y en especial aquellos montañistas que por primera vez visitan esta laguna.
•Tendremos la entrega de recuerdos a cada participante.
•Nos despedimos deseando que esta haya sido una grata experiencia para todos los participantes y esperando el 8vo. encuentro del Club Virtual de Montaña.
Equipo a utilizar:
•Carpa (media montaña).
•Sleeping (media montaña).
•Casaca Polar.
•Gorro polar para la noche.
•Gorro para sol.
•Guantes de lana o polar.
•Poncho de Lluvia.
•Bloqueador.
•Zapatilla con cocada.
•Linterna frontal o de mano.
•Bastones de trekking (opcional).
•Frutas secas (pasas, pecanas, mani, etc.).
•Mochila de más de 50 lt.
•Barras energéticas.
•Alimentación (almuerzo, cena y desayuno).
•Cocina (se podrá compartir si no lo tienen).
•Útiles de aseo personal.
•Bolsa de basura.
Recomendaciones:
•Se puede traer algo de alimento extra para compartir para la cena o el desayuno.
•Es importante considerar que debemos mantener el lugar mejor de lo que lo encontramos.
Costo del Evento: S/65.00
DEPOSITO A CTA DEL BCP 193-25512852-0-56 es en nuevos soles A NOMBRE DE JERRY FRANS CCANTO QUIÑONES
Solamente se cobrará el transporte por el traslado de “Lima - Rio Blanco – Lima”.
La cantidad de participantes deberá confirmarse hasta el 20 de abril. Nos estaremos comunicando con las personas y grupos que van a participar a través de los correos electrónicos o mensajes privados por facebook.
Por lo tanto, están cordialmente invitados a este evento y esperamos contar con su gentil participación. Solicitamos su confirmación para incluir a su agrupación en nuestra publicidad, videos, notas, etc. Asimismo, estaremos agradecidos que pudieran regalar de manera libre y voluntaria algunos productos para ser sorteados entre los participantes. No es una obligación ni exigencia para participar del evento. Los productos que pueden regalar para el sorteo pueden ser libros, guantes, poleras, buffs, etc. con la idea de no significar un gran gasto para ustedes sino un presente y compartir para los participantes.
Los invitamos a participar de este gran evento que unirá a todos los profesionales y aficionados a las montañas.
A los interesados se les enviará una ficha de inscripción la cual se llenará con sus datos personales y el compromiso de participación. Una vez llenada deberá ser enviada a los siguientes correos solicitando la confirmación de la recepción:
Ingrid Osorio: ingrid_osorio@yahoo.com (teléfono: 945340471).
Jerry Ccanto: jerryccanto@gmail.com (teléfono: 995236867).
Pueden visitar algunos portales web del CVM :
Web 6to encuentro: https://www.facebook.com/media/set/?set=a.473007099377679.116487.276834692328255&type=3
CVM: https://www.facebook.com/groups/clubvirtualmontana/
Asociación de Montañistas 4.0: https://www.facebook.com/montanistas
Web Asociación de Montañistas 4.0: http://www.montanistas4.blogspot.com/
Saludos cordiales,
Ingrid Osorio
Presidenta de la Asociación de Montañistas 4.0
Coordinadora 7mo Encuentro Virtual de Montaña – Perú 2013
8 de abril de 2013
TREKKING Y RAPEL EN HUANANO
RAPEL EN HUANANO
DOMINGO 14 DE ABRIL
Catarata de Huanano(2300 msnm), San Jerónimo de Surco, Huarochirí. Carretera Central Km.67,Desnivel: 300 iniciaremos la caminata desde el poblado de San Jerónimo de Surco , el camino es moderado según se va ascendiendo podremos observar los restos arqueológicos de HUANANO MACHAY, conjunto de piedras en forma de cavernas y pasadizos subterráneos, continuando llegaremos a la quebrada MATALA, atravesando chacras de tunales e higueras llegaremos al mirador de la cruz de KISHU , luego estaremos realizando descensos en rapel en la catarata de Huanano.
Nivel : Fácil
Datos Obligatorios:
- Apellidos y nombres completos
- DNI
- Teléfono para contacto
Costo :
Público general: S/. 50.00 (Incluye arnes,casco,descensor y cuerdas)
Socios: S/. 40.00
Instructor: Peter Cardenas
Guías / Responsables:
Franpisco Ramos. 992-032424(franpiscoramos@hotmail.com)
Carlos Mesias.(cmesias1@yahoo.com)
Punto de partida:
Parque Echenique (Chosica)
Hora de salida: 8 a.m(hora exacta).
Hora de retorno: 6 p.m
Necesitas llevar:
- Ropa de recambio(polo, pantalón o short)
- Zapatillas para trekking (zapatillas de recambio)
- Gorro o visera
- Bloqueador solar
- Lentes para sol
- Agua(1/2 litro)
- Frutas frescas no perecibles
- Bastones de trekking(Opcional)
DEPOSITO :
(DEPOSITO A CTA DEL BCP 193-25512852-0-56 en nuevos soles A NOMBRE DE JERRY FRANS CCANTO QUIÑONES)
IMPORTANTE:
Antes de realizar el pago debes de escribir a ingrid_osorio@yahoo.com, para reservar tu cupo.
CUPOS LIMITADOS Y EL VIERNES 12 CIERRE DE INSCRIPCIONES
7 de abril de 2013
MONTAÑISTAS Y CLETEROS DE HUARAZ A HUARMEY
My personal Jesus behind the wheel*
Jerry CCanto
Un peregrinaje en bicicleta de las montañas al mar con mucha FE (Frío y Entusiasmo).
Miércoles de ceniza (y eso que no fumo). Tío, ¿Cuarenta lucas de aquí a Acho? ¡Vamos pues! Pensé que mis pecados los empezaría a pagar montado en la bici con el frío de las alturas, el sol inclemente y la sed y el hambre en el camino. No fue así. El viaje en taxi fue el inicio del pago de mis deudas con la humanidad. Lourdes (alías Lulú), Chanita (diminutivo de Roxana), Margarita (montañista sobre ruedas), Renzo (el ocasional Tom) y Alan (el gringasho) y fueron mis compañeros en este camino de padre y señor mío. Los cinco menos yo, pertenecen al club de ciclismo Keniro, mientras Margarita (también) y yo pertenecemos al club Montañistas 4.0. El ciclismo y el montañismo se unían por una misma causa: viajar el Perú profundo. Empezamos la travesía expulsando las mañas de los fariseos del viaje en ruta, los cutreadores interprovinciales, los que gustan de cobrar cupos cuando ven bultos inusuales. No contaron con nuestro bulling en mancha a la vendedora, con la cámara registrando nuestro reclamo y la denuncia prometida a estos recaudadores de impuestos. La bicicleta se respeta y duermió en la bodega rumbo a Huaraz. Padre perdónalos porque no saben lo que hacen, nosotros si.
Jueves santo. Ya en Huaraz fuimos directo al hospital Víctor Ramos, frente a las funerarias y sus ataúdes. No pasó nada en el viaje, simplemente que ahí hay un restaurante muy bueno para tomar desayuno de quinua, maca, pan serrano con lomo, queso, camote y el glorioso caldo de cabeza, ojo y diente, mientras esperábamos a Francisco, no el Papa, sino a Palomino, también montañista, que estaba llegando también de Lima. Su llegada trajo un anuncio, cambiaríamos de ruta. El taxista nos dio las novedades frescas del tiempo, del clima y del camino que habíamos planeado. Un tramo del camino estaba en mal estado y nos recomendó hacer una ruta alterna, un poco más larga pero segura. Palabra del señor (taxista).
Subimos hasta más allá del abra Punta Callán, al sur de Huaraz a más de 4,200 m.s.n.m. para empezar el trayecto por las estaciones de nuestro calvario. Arriba preparamos nuestras acémilas de aluminio, ruedas y pedal, vestimos el peregrino ropaje térmico y empaquetamos el pan con levadura y el queso fresco para el camino de trocha. Siendo las 11 a.m. dimos inicio a la marcha. No veíamos nada alrededor, la neblina y el frío nos tentaron a renunciar. El cansancio fue inmediato pero nuestra determinación nos levantó el ánimo, sería pura bajada. Tuvimos la primera y única baja, Francisco primero. Problemas técnicos con los cambios de su bicicleta y nos tuvo que abandonar y volver a Huaraz. El pesar nos inundó, pero seguimos nuestro trayecto. Por momentos la neblina se iba y los dedos descubiertos volvían a su color. Seguimos el camino de las lagunas subiendo más y lentamente. Manejar subiendo es otra cosa. El aire era escaso y el esfuerzo demandaba más oxígeno. Parábamos cada cierto tramo esperando a los que nos retrasábamos. En la primera bajada corrimos como locos. La bajada sobre ruedas es tentadora, vertiginosa y me llevó a cometer mi primer pecado, la imprudencia. A más de 30 km/h el viento se siente recorrer los cabellos, aunque se tenga el casco puesto, la velocidad se convierte en estupefaciente y su deliciosa sensación es sumamente placentera. ¡Crash! ¡bum! ¡zap! ¡Al suelo! La bicicleta se hundió en el barro que había en el camino y salí disparado golpeándome pierna izquierda. ¡Arriba pecador! -me dije. Todos me pasaron mientras alineaba la rueda delantera con el timón. Como a las 2 p.m. paramos para reponer energía. Nunca un pan con queso fueron los alimentos más ricos sobre la tierra. El sobrepeso de la mochila de Lulú tenía una suculenta razón, una bolsa con buenos manjares, la que ayudamos a cargar en nuestros estómagos. Pan con queso a nuestros buches ¡que rico! Volvimos a la marcha no sin antes ponernos los polares, casacas, ropa de baño, buzos, chullos y hasta doble media porque hacía demasiado frío a excepción de Alan que vestía, prácticamente, su caso y un taparrabos, todo un gringo canadiense.
Bajando éramos más felices hasta que nos encontrábamos con unas subiditas que nos ponían el corazón en la boca y los pulmones como globos. Bajando, bajando y el mundo fue nuestro. Pasamos por el distrito de La Merced, nos tomamos varias fotos y ya no había frío. Seguimos bajando hacia Aija. Como no hay primera sin segunda, la velocidad en las bajadas volvió a acariciarme y caí en sus tentáculos. 32, 33, 37, 39, 40 km/h ¡Esto es magnífico! ¿A quién se le ocurrió inventar los frenos con lo deliciosa que es la velocidad? ¡Ah, esto es libertad! ¡Ah! Y de tanto ′Ah′, al suelo nuevamente. No se me ocurrió bajar la velocidad en la curva del puente de concreto que tenía un curso de agua cayendo encima. Me resbalé y salí disparado mientras la bicicleta me caía de nuevo sobre la misma pierna. Sucio, con barro, mojado y asustado, me paré y me revisé si algo me había roto. Felizmente estaba completo pero con un ligero dolor en la pierna. Margarita, después de haberse reído me preguntó si estaba bien. Caerse es parte de estos menesteres. Es inevitable. Levanté la bicicleta, la llevé hasta un lugar seco y empecé a acomodar mi mochila en la parrilla. Desde ese puente hasta Aija es pura subida, caballero no más, velocidad lenta y suave. Como a las 5 p.m. llegamos con un hambre voraz y muy cansados. A lo lejos veíamos un hombre de rojo y en mallas, que no era un bombero ni superman, era Renzo que ayudaba a Lourdes llevando su bicicleta mientras ella caminaba pálida, con su nariz morada y su mochila sobre su espalda. Una vez todos reunidos, entramos en un cónclave debatiendo sobre la forma en que pasaríamos la noche, teníamos carpas y bolsas de dormir, cocinas y comida de campamento. Estábamos preparados para todo. En Semana Santa no debemos darnos muchos lujos, reflexionar es nuestra consigna y entrar en penitencia como los antiguos peregrinos es nuestra convicción. El hospedaje cuesta 10 soles y hay pescadito frito –dijo Renzo. Listo. Decisión tomada. Merecemos descansar y alimentarnos bien para mañana continuar el trayecto en buena forma y aparte que me duele la pierna -dije. Tomamos dos habitaciones dobles y dos simples. El concilio de Aija tuvo humo blanco. Cocinamos en uno de los cuartos grandes y recibí los primeros auxilios de Margarita nurse. Literalmente me parchó las heridas. Cenamos el rico pescado en el restaurante del hospedaje y sin avisar tomamos un poco de azúcar extra para el café de la cena. Compramos los insumos para el desayuno del día siguiente y las provisiones para nuestro viaje y siendo las 8 p.m. nos fuimos a dormir el sueño de los justos. La paz sea con todos ustedes.
Viernes santo. El cielo todavía estaba oscuro mientras desayunábamos de una manera muy escueta y franciscana: pan de molde, pan árabe, paté de hígado de pato, huevos cocidos, café colombiano y plátanos orgánicos en la ermita de Beata Margarita y el Apóstol Alan. Nosotros si somos unos peregrinos de pura cepa. Como a las 6:00 a.m., ya en las bicicletas, nos encomendarnos a Santiago de Compostela y subimos unos metros a manera de calentamiento mientras los eucaliptos aromatizaban el camino, el rocío estaba fresco, el cielo dejaba ver sus colores de fiesta y los verdes campos se extendían como tejidos diseñados por el que todo lo ve. La sierra en su máximo esplendor. Viendo tremendo paisaje sonaron los cantos de los ángeles. Realmente estaba en el paraíso. Sonaba el Playing the Angel de Depeche Mode en mis audífonos, Pink Floyd, Soda Stereo y Porcupine Tree, música propia de los cantos gregoriana, misas campesinas y salmos para que la bajada sea una experiencia litúrgica. El señor estaba en las alturas, literalmente, y nos dijo que el camino sería difícil más abajo. Fueron varios caseríos los que pasamos casi de largo y siempre saludando amablemente a las personas que estaban en el camino. ¿A dónde van? -nos decían. A la tierra prometida, a Huarmey –respondíamos. El calor se asomó para brillar en todo su esplendor, los verdes fueron más intensos, el cielo estaba más azul que nunca y la diversión venía en forma de chapuzones en los cruces de las quebradas donde caían los riachuelos y nos bañábamos de risa y alegría y en velocidad moderada. El camino empezó a seguir el curso del río Huarmey que por momentos los teníamos al mismo nivel y en otros estábamos muy por encima como abismos. Llegamos a una laguna esplendorosa y jugamos a ser modelos de catálogo deportivo. A las 11:00 a.m. paramos a merendar por última vez. Nos faltaban 24 km. más. A la media hora de seguir el trayecto nos encontramos con lo profetizado por el señor allá en las alturas. El camino había sido siniestrado por un desborde del río Huarmey. Levantamos las bicicletas, al hombro, o empujándolas como en mi caso, y estuvimos como media hora cruzando este camino zigzagueante destrozado. Una vez llegado al camino normal emprendimos raudamente el descenso. Seguimos corriendo hasta que Alan rompió la cadena de su pecado, la de su bicicleta. Felizmente Renzo tenía una de repuesto y la cambió inmediatamente. A la 1:00 p.m. llegamos a la carretera asfaltada. Bienaventurados los que bajando con su bicicleta llegamos con sed y nos recibió la sombra del toldo de una bodega. Después de beber y recuperarnos, reparamos en las llantas de mi bicicleta que eran delgadas lo cual no ayuda para el camino de trocha pero si para la de asfalto. Era el destino, a correr se ha dicho. 40 kilómetros de pura pista en buen estado y lo hicimos agradecidos. Corrí como alma que lleva el diablo o meón en busca un baño. Sobre la pista es otra cosa. Es mi habitual medio de manejo en bicicleta. Como a las 3:00 p.m. llegamos al kilómetro 0 de esta carretera. Huarmey. Primero Alan y luego yo. Nos tomamos unas cocacolas, que sabían a las últimas del desierto, mientras esperábamos a nuestros cuatro compañeros que aún estaban en camino. Una vez completos nos fuimos a la plaza que estaba repleta de gente, de los vecinos de Huarmey, que como en todo viernes santo, la plaza se convirtió en el escenario donde se recreaba la pasión de Cristo. Llegamos en pleno juicio cuando Pilatos presentaba a Barrabás, no uno sino 6 bien enmallados y cansados. El pueblo de Perusalem nos eligió, a la mitad de los apóstoles, y mandaron a un lampiño Jesús a la cruz. Una vez bajo la sombra de unos frondosos árboles, nos abrazamos y felicitamos de haber logrado tamaña empresa. Fueron más de 150 kilómetros de haber andado sobre ruedas desde las alturas de la cordillera negra hasta la desértica costa ancashina… Tengo sed –me dije una vez más.
Después de almorzar y casi no hablar, cogimos los colectivos que nos llevaron a playa Tuquillo para terminar nuestra travesía. Ya el tiempo estaba en nuestra contra si queríamos completar el trayecto a puro pedaleo. Llegamos alrededor de las 5:30 p.m. y encontramos centenares de peregrinos en sus sampamentos bebiendo las litúrgicas cebadas de misa. Nos fuimos a la playa del costado, con menos feligreses pero con los mismos pecados. Hacía frío y el atardecer estaba en pleno proceso. Zapatillas a fuera, la arena entre los dedos y las ganas de quedarnos nos hicieron sucumbir. Si Alan, haremos uso de nuestro equipo de campamento, carpa, bolsas de dormir, cocinetas y demás -sentenciamos. Nos instalamos como scouts emocionados y una vez listos nos fuimos a jugar con el sol mientras era devorado por el inmenso mar en el horizonte. Luego organizamos una comisión para traer algo de comer, beber y rezar. La cena siguió el mismo espíritu del desayuno: hubo la multiplicación de los panes, los peces se convirtieron en pollo a la brasa, embutidos en todas sus presentaciones, jugos, ensaladas y la sangre del señor en semi seco. Para arrepentirse de los pecados primero hay que cometerlo. ¡Qué buena gula! Renzo y Chanita se quedaron durmiendo fuera de las carpas a la luz de la luna con la brisa marina y el ritmo de moda discotequera: el punchis punchis. Ayer dormimos en el cielo, hoy lo hacemos en el mar.
Sábado de gloria. Era momento de volver a casa. Nuestros pecados han sido limpiados. Podemos ir en paz. Recogimos el campamento y nos enrumbamos por última vez sobre nuestras máquinas de acortar distancias. 15 kilómetros más fue nuestro último esfuerzo y llegamos al paradero. Aprendimos de Margarita las técnicas de embalaje de bicicletas. Las subimos en la bodega y viajamos para Lima, la ciudad del pecado. La película que nos pusieron nunca terminó, más lo que sí tuvo un fin fue uno de los cambios del bus que nos trajo y lo hizo lentamente. Llegamos casi a las 4:00 p.m. Y cada quien, muy agradecidos, nos despedimos y prometimos encontrarnos nuevamente para escribir una nueva historia en la ruta y sobre ruedas. Todo está consumado.
Domingo de resurrección. Y al tercer día resucité con los dolores multicolores en la pierna siniestra pero sumamente agradecido por tan buen viaje. Facebook, en tu portal encomiendo mis fotos. Amén.
* Canciones de Depeche Mode de los discos Violator (1990) y Music For The Masses (1987).
Jerry CCanto
Un peregrinaje en bicicleta de las montañas al mar con mucha FE (Frío y Entusiasmo).
Miércoles de ceniza (y eso que no fumo). Tío, ¿Cuarenta lucas de aquí a Acho? ¡Vamos pues! Pensé que mis pecados los empezaría a pagar montado en la bici con el frío de las alturas, el sol inclemente y la sed y el hambre en el camino. No fue así. El viaje en taxi fue el inicio del pago de mis deudas con la humanidad. Lourdes (alías Lulú), Chanita (diminutivo de Roxana), Margarita (montañista sobre ruedas), Renzo (el ocasional Tom) y Alan (el gringasho) y fueron mis compañeros en este camino de padre y señor mío. Los cinco menos yo, pertenecen al club de ciclismo Keniro, mientras Margarita (también) y yo pertenecemos al club Montañistas 4.0. El ciclismo y el montañismo se unían por una misma causa: viajar el Perú profundo. Empezamos la travesía expulsando las mañas de los fariseos del viaje en ruta, los cutreadores interprovinciales, los que gustan de cobrar cupos cuando ven bultos inusuales. No contaron con nuestro bulling en mancha a la vendedora, con la cámara registrando nuestro reclamo y la denuncia prometida a estos recaudadores de impuestos. La bicicleta se respeta y duermió en la bodega rumbo a Huaraz. Padre perdónalos porque no saben lo que hacen, nosotros si.
Jueves santo. Ya en Huaraz fuimos directo al hospital Víctor Ramos, frente a las funerarias y sus ataúdes. No pasó nada en el viaje, simplemente que ahí hay un restaurante muy bueno para tomar desayuno de quinua, maca, pan serrano con lomo, queso, camote y el glorioso caldo de cabeza, ojo y diente, mientras esperábamos a Francisco, no el Papa, sino a Palomino, también montañista, que estaba llegando también de Lima. Su llegada trajo un anuncio, cambiaríamos de ruta. El taxista nos dio las novedades frescas del tiempo, del clima y del camino que habíamos planeado. Un tramo del camino estaba en mal estado y nos recomendó hacer una ruta alterna, un poco más larga pero segura. Palabra del señor (taxista).
Subimos hasta más allá del abra Punta Callán, al sur de Huaraz a más de 4,200 m.s.n.m. para empezar el trayecto por las estaciones de nuestro calvario. Arriba preparamos nuestras acémilas de aluminio, ruedas y pedal, vestimos el peregrino ropaje térmico y empaquetamos el pan con levadura y el queso fresco para el camino de trocha. Siendo las 11 a.m. dimos inicio a la marcha. No veíamos nada alrededor, la neblina y el frío nos tentaron a renunciar. El cansancio fue inmediato pero nuestra determinación nos levantó el ánimo, sería pura bajada. Tuvimos la primera y única baja, Francisco primero. Problemas técnicos con los cambios de su bicicleta y nos tuvo que abandonar y volver a Huaraz. El pesar nos inundó, pero seguimos nuestro trayecto. Por momentos la neblina se iba y los dedos descubiertos volvían a su color. Seguimos el camino de las lagunas subiendo más y lentamente. Manejar subiendo es otra cosa. El aire era escaso y el esfuerzo demandaba más oxígeno. Parábamos cada cierto tramo esperando a los que nos retrasábamos. En la primera bajada corrimos como locos. La bajada sobre ruedas es tentadora, vertiginosa y me llevó a cometer mi primer pecado, la imprudencia. A más de 30 km/h el viento se siente recorrer los cabellos, aunque se tenga el casco puesto, la velocidad se convierte en estupefaciente y su deliciosa sensación es sumamente placentera. ¡Crash! ¡bum! ¡zap! ¡Al suelo! La bicicleta se hundió en el barro que había en el camino y salí disparado golpeándome pierna izquierda. ¡Arriba pecador! -me dije. Todos me pasaron mientras alineaba la rueda delantera con el timón. Como a las 2 p.m. paramos para reponer energía. Nunca un pan con queso fueron los alimentos más ricos sobre la tierra. El sobrepeso de la mochila de Lulú tenía una suculenta razón, una bolsa con buenos manjares, la que ayudamos a cargar en nuestros estómagos. Pan con queso a nuestros buches ¡que rico! Volvimos a la marcha no sin antes ponernos los polares, casacas, ropa de baño, buzos, chullos y hasta doble media porque hacía demasiado frío a excepción de Alan que vestía, prácticamente, su caso y un taparrabos, todo un gringo canadiense.
Bajando éramos más felices hasta que nos encontrábamos con unas subiditas que nos ponían el corazón en la boca y los pulmones como globos. Bajando, bajando y el mundo fue nuestro. Pasamos por el distrito de La Merced, nos tomamos varias fotos y ya no había frío. Seguimos bajando hacia Aija. Como no hay primera sin segunda, la velocidad en las bajadas volvió a acariciarme y caí en sus tentáculos. 32, 33, 37, 39, 40 km/h ¡Esto es magnífico! ¿A quién se le ocurrió inventar los frenos con lo deliciosa que es la velocidad? ¡Ah, esto es libertad! ¡Ah! Y de tanto ′Ah′, al suelo nuevamente. No se me ocurrió bajar la velocidad en la curva del puente de concreto que tenía un curso de agua cayendo encima. Me resbalé y salí disparado mientras la bicicleta me caía de nuevo sobre la misma pierna. Sucio, con barro, mojado y asustado, me paré y me revisé si algo me había roto. Felizmente estaba completo pero con un ligero dolor en la pierna. Margarita, después de haberse reído me preguntó si estaba bien. Caerse es parte de estos menesteres. Es inevitable. Levanté la bicicleta, la llevé hasta un lugar seco y empecé a acomodar mi mochila en la parrilla. Desde ese puente hasta Aija es pura subida, caballero no más, velocidad lenta y suave. Como a las 5 p.m. llegamos con un hambre voraz y muy cansados. A lo lejos veíamos un hombre de rojo y en mallas, que no era un bombero ni superman, era Renzo que ayudaba a Lourdes llevando su bicicleta mientras ella caminaba pálida, con su nariz morada y su mochila sobre su espalda. Una vez todos reunidos, entramos en un cónclave debatiendo sobre la forma en que pasaríamos la noche, teníamos carpas y bolsas de dormir, cocinas y comida de campamento. Estábamos preparados para todo. En Semana Santa no debemos darnos muchos lujos, reflexionar es nuestra consigna y entrar en penitencia como los antiguos peregrinos es nuestra convicción. El hospedaje cuesta 10 soles y hay pescadito frito –dijo Renzo. Listo. Decisión tomada. Merecemos descansar y alimentarnos bien para mañana continuar el trayecto en buena forma y aparte que me duele la pierna -dije. Tomamos dos habitaciones dobles y dos simples. El concilio de Aija tuvo humo blanco. Cocinamos en uno de los cuartos grandes y recibí los primeros auxilios de Margarita nurse. Literalmente me parchó las heridas. Cenamos el rico pescado en el restaurante del hospedaje y sin avisar tomamos un poco de azúcar extra para el café de la cena. Compramos los insumos para el desayuno del día siguiente y las provisiones para nuestro viaje y siendo las 8 p.m. nos fuimos a dormir el sueño de los justos. La paz sea con todos ustedes.
Viernes santo. El cielo todavía estaba oscuro mientras desayunábamos de una manera muy escueta y franciscana: pan de molde, pan árabe, paté de hígado de pato, huevos cocidos, café colombiano y plátanos orgánicos en la ermita de Beata Margarita y el Apóstol Alan. Nosotros si somos unos peregrinos de pura cepa. Como a las 6:00 a.m., ya en las bicicletas, nos encomendarnos a Santiago de Compostela y subimos unos metros a manera de calentamiento mientras los eucaliptos aromatizaban el camino, el rocío estaba fresco, el cielo dejaba ver sus colores de fiesta y los verdes campos se extendían como tejidos diseñados por el que todo lo ve. La sierra en su máximo esplendor. Viendo tremendo paisaje sonaron los cantos de los ángeles. Realmente estaba en el paraíso. Sonaba el Playing the Angel de Depeche Mode en mis audífonos, Pink Floyd, Soda Stereo y Porcupine Tree, música propia de los cantos gregoriana, misas campesinas y salmos para que la bajada sea una experiencia litúrgica. El señor estaba en las alturas, literalmente, y nos dijo que el camino sería difícil más abajo. Fueron varios caseríos los que pasamos casi de largo y siempre saludando amablemente a las personas que estaban en el camino. ¿A dónde van? -nos decían. A la tierra prometida, a Huarmey –respondíamos. El calor se asomó para brillar en todo su esplendor, los verdes fueron más intensos, el cielo estaba más azul que nunca y la diversión venía en forma de chapuzones en los cruces de las quebradas donde caían los riachuelos y nos bañábamos de risa y alegría y en velocidad moderada. El camino empezó a seguir el curso del río Huarmey que por momentos los teníamos al mismo nivel y en otros estábamos muy por encima como abismos. Llegamos a una laguna esplendorosa y jugamos a ser modelos de catálogo deportivo. A las 11:00 a.m. paramos a merendar por última vez. Nos faltaban 24 km. más. A la media hora de seguir el trayecto nos encontramos con lo profetizado por el señor allá en las alturas. El camino había sido siniestrado por un desborde del río Huarmey. Levantamos las bicicletas, al hombro, o empujándolas como en mi caso, y estuvimos como media hora cruzando este camino zigzagueante destrozado. Una vez llegado al camino normal emprendimos raudamente el descenso. Seguimos corriendo hasta que Alan rompió la cadena de su pecado, la de su bicicleta. Felizmente Renzo tenía una de repuesto y la cambió inmediatamente. A la 1:00 p.m. llegamos a la carretera asfaltada. Bienaventurados los que bajando con su bicicleta llegamos con sed y nos recibió la sombra del toldo de una bodega. Después de beber y recuperarnos, reparamos en las llantas de mi bicicleta que eran delgadas lo cual no ayuda para el camino de trocha pero si para la de asfalto. Era el destino, a correr se ha dicho. 40 kilómetros de pura pista en buen estado y lo hicimos agradecidos. Corrí como alma que lleva el diablo o meón en busca un baño. Sobre la pista es otra cosa. Es mi habitual medio de manejo en bicicleta. Como a las 3:00 p.m. llegamos al kilómetro 0 de esta carretera. Huarmey. Primero Alan y luego yo. Nos tomamos unas cocacolas, que sabían a las últimas del desierto, mientras esperábamos a nuestros cuatro compañeros que aún estaban en camino. Una vez completos nos fuimos a la plaza que estaba repleta de gente, de los vecinos de Huarmey, que como en todo viernes santo, la plaza se convirtió en el escenario donde se recreaba la pasión de Cristo. Llegamos en pleno juicio cuando Pilatos presentaba a Barrabás, no uno sino 6 bien enmallados y cansados. El pueblo de Perusalem nos eligió, a la mitad de los apóstoles, y mandaron a un lampiño Jesús a la cruz. Una vez bajo la sombra de unos frondosos árboles, nos abrazamos y felicitamos de haber logrado tamaña empresa. Fueron más de 150 kilómetros de haber andado sobre ruedas desde las alturas de la cordillera negra hasta la desértica costa ancashina… Tengo sed –me dije una vez más.
Después de almorzar y casi no hablar, cogimos los colectivos que nos llevaron a playa Tuquillo para terminar nuestra travesía. Ya el tiempo estaba en nuestra contra si queríamos completar el trayecto a puro pedaleo. Llegamos alrededor de las 5:30 p.m. y encontramos centenares de peregrinos en sus sampamentos bebiendo las litúrgicas cebadas de misa. Nos fuimos a la playa del costado, con menos feligreses pero con los mismos pecados. Hacía frío y el atardecer estaba en pleno proceso. Zapatillas a fuera, la arena entre los dedos y las ganas de quedarnos nos hicieron sucumbir. Si Alan, haremos uso de nuestro equipo de campamento, carpa, bolsas de dormir, cocinetas y demás -sentenciamos. Nos instalamos como scouts emocionados y una vez listos nos fuimos a jugar con el sol mientras era devorado por el inmenso mar en el horizonte. Luego organizamos una comisión para traer algo de comer, beber y rezar. La cena siguió el mismo espíritu del desayuno: hubo la multiplicación de los panes, los peces se convirtieron en pollo a la brasa, embutidos en todas sus presentaciones, jugos, ensaladas y la sangre del señor en semi seco. Para arrepentirse de los pecados primero hay que cometerlo. ¡Qué buena gula! Renzo y Chanita se quedaron durmiendo fuera de las carpas a la luz de la luna con la brisa marina y el ritmo de moda discotequera: el punchis punchis. Ayer dormimos en el cielo, hoy lo hacemos en el mar.
Sábado de gloria. Era momento de volver a casa. Nuestros pecados han sido limpiados. Podemos ir en paz. Recogimos el campamento y nos enrumbamos por última vez sobre nuestras máquinas de acortar distancias. 15 kilómetros más fue nuestro último esfuerzo y llegamos al paradero. Aprendimos de Margarita las técnicas de embalaje de bicicletas. Las subimos en la bodega y viajamos para Lima, la ciudad del pecado. La película que nos pusieron nunca terminó, más lo que sí tuvo un fin fue uno de los cambios del bus que nos trajo y lo hizo lentamente. Llegamos casi a las 4:00 p.m. Y cada quien, muy agradecidos, nos despedimos y prometimos encontrarnos nuevamente para escribir una nueva historia en la ruta y sobre ruedas. Todo está consumado.
Domingo de resurrección. Y al tercer día resucité con los dolores multicolores en la pierna siniestra pero sumamente agradecido por tan buen viaje. Facebook, en tu portal encomiendo mis fotos. Amén.
* Canciones de Depeche Mode de los discos Violator (1990) y Music For The Masses (1987).
5 de abril de 2013
ALDAS - CASMA
EL PLACER DE DISFRUTAR ...QUISIERAMOS DETENER EL TIEMPO Y ESTIRAR EL GOCE...
Por Franpisco Ramos
Continuando con la aventura y con el objetivo de llegar a Casma, empezaríamos donde nos quedamos la vez anterior: en Las Aldas-La Gramita.
Salimos de Fiori temprano, a las 8 y media ya preparados para este viaje. El pasaje, como siempre, caro para estas fechas. Bajaríamos en la entrada a La Gramita, previa consulta con el chofer, quien sí “atracó”.
Llegamos aproximadamente a las 3 de la tarde y empezamos a caminar desde la carretera donde se encuentra un restaurant donde comen los visitantes que llegan en sus impresionantes 4 x 4. Nosotros en nuestras “Dodge” patas, nos dirigimos en busca de las ruinas de “Las Aldas” las cuales exploramos. La neblina se acercaba y no nos dejaba ver todo el esplendor del paisaje, raro en estas temporadas que haya niebla, pero así es el clima.
Caminábamos admirando lo poco que se podía ver de las playas, una más bonita que la otra. Así caminamos hasta que nos dio la noche, donde tomamos una trocha carrozable que va pegada a la costa, lo único que se divisaba en la oscuridad era el sonido del mar y unas luces rojas de lo que parecía una antena que se divisaban a lo lejos. Encendimos las frontales, ahora si no se veía nada, lo único que se distinguían eran aquellas luces rojas que por ratos las veíamos y por ratos no.
Caminamos hasta ese punto al cual llegamos a las 8 de la noche ya cansados y decidimos quedarnos allí. Realmente no sabíamos si habíamos llegado a nuestra meta de ese día que era llegar hasta punta El Huaro. Tal vez la habíamos pasado o tal vez nos faltaba aún más. Al día siguiente lo averiguaríamos con la luz del día.
El lugar donde decidimos quedarnos estaba frente a la antena, hacía mucho viento, había unas “dunitas” donde acampamos. El viento era tan fuerte que hacía volar la arena “misma tormenta del Sahara”, pese a todo decidimos armar la carpa, que esta vez sí llevamos, una de esas “buenas ofertas” que solemos encontrar en estas épocas, cuyo peso no creemos pase de 1 kilo y su precio es casi “de a china”. La llevamos por que no pesa casi nada.
Esta vez éramos 3 y uno se tendría que quedar afuera de la carpa, pero el viento era tan fuerte que decidimos entrar los tres “como sea!!!”, así acomodándonos “uno para arriba y otro para abajo” logramos caber en la PEQUEÑISIMA carpa que estrictamente era para 2.
A eso de las 4 y media de la madrugada nos despertamos y salimos a ver dónde estábamos, aún había niebla y no se veía nada.
A las 6 de la mañana se despejó más y pudimos ver que la punta El Huaro la teníamos frente a nosotros, sin saber habíamos llegado a la primera meta, esto nos alegró porque todo iba bien.
A 20 metros de nosotros había una casa de material noble derruida que alguna vez albergó al parecer maquinaria de algún tipo, no lo sabemos.
Partimos a las 7 am con un frugal desayuno: pan árabe y un atún para los tres, apurando el paso antes que saliera el sol de lleno, pero siempre parando y dándonos el respiro para apreciar y contemplar las hermosas playas que íbamos encontrando, una más hermosa que la otra. Hallamos en el camino restos arqueológicos de los primeros pobladores de la costa y la gran pregunta de siempre: “¿De dónde se proveían de agua???”.
El cielo auguraba un buen día, pero a medida que pasaban las horas la neblina empezaba a tapar todo de nuevo. Nuestra meta esta vez era llegar al puerto de Casma.
Las únicas personas que se aventuran a venir seguido a estos lugares son los pescadores. Encontramos en el camino varios de ellos, ya sea buceando o pescando entre las rocas. Ellos llegan en motos en donde cargan sus aparejos. Las huellas de estas máquinas cruzan todos estos lugares desérticos e inaccesibles en algunas partes hasta para las 4 x 4.
¡Pero que lindas playas hemos visto !. Es ASOMBROSO. Solo la naturaleza nos puede dar este regalo, esta paz, al menos hasta que aparezcan también por aquí las ruidosas y pesadas camionetas.
Más allá en el camino encontramos unas minas informales donde se ve que han sido explotadas, ¿qué mineral habrían encontrado?
Y así andando kilómetro tras kilómetro, llegamos a divisar el valle de Casma con su verdor a lo lejos. ¡Ya falta poco !!! decíamos, también poco para que se acabe, y lástima también por que se acababan las cosas bonitas que veíamos, así que entramos al Puerto de Casma, lugar en donde hacía mucho viento, la gorra se me paraba volando de mi cabeza, al parecer se quería quedar … yo también!!!
Ahora ir a hasta la misma Casma, en un mototaxi a 3 soles el pasaje.
Meta cumplida !!!! Ahora a descansar y saborear lo “comido”, ¡perdón!, lo recorrido, esto es como una exquisita comida que el sabor se lo guarda uno en la memoria.
Ya rumbo a Lima pensaba ¿Cuándo sería la próxima vez que volveré a ver estas hermosas playas en esta parte del norte? ¿Quiénes me acompañarán la próxima vez a disfrutar y gozar con la naturaleza?.
Solo aquel que tenga la libertad como objetivo y pueda superar sus límites y miedos al cansancio la sed y el hambre.
Solo aquellos…………
Gracias Raulito y Luz.
1 de abril de 2013
MATUCANA-PAYHUA-SAN JUAN DE ALLAUCA
ACOMPAÑANOS A ESTA NUEVA AVENTURA
DOMINGO 07 DE ABRIL
La quebrada Payhua(2960 msnm) está ubicada en el Km. 76 de la Carretera Central, en la provincia de Huarochirí, departamento de Lima. Es una quebrada afluente, por la margen derecha, del río Rímac frente a la ciudad de Matucana (2375 msnm). Payhua es un hermoso pueblo con un bello paisaje andino y hermosas costumbres ancestrales, de las cuales la más resaltante es la fiesta de la cruz nuestro "Señor de la Esperanza" que se celebra el 15 de junio de cada año, se dedican a la agricultura y ganadería. En la agricultura cultiva la papa, el maíz, el haba, la arverja, la cebada, el trigo, la oca, el fréjol, la alfalfa, el eucaliptos y otros. En la ganadería tenemos el ganado vacuno, caprino, ovino porcino y sobre todo el ya famoso Cuy.
Luego de casi dos horas de recorrido, el sendero se transforma en un atractivo camino de herradura, el cual discurre rodeado de árboles, terrenos de cultivo y pastizales donde retoza el ganado. Este camino nos conducirá, al pintoresco caserío de San Juan de Allauca a una altitud de 3050 m.s.n.m.
Nivel : Intermedio
Para realizar esta ruta se recomienda llevar lo siguiente :
• Zapatos de trekking.
• Ropa ligera para la caminata.
• Casaca de abrigo o impermeable.
• Poncho impermeable (para lluvia)
• Gorro con visera, guantes de lana o polar.
• Mochila de ataque (de 30 o 40 litros)
• 1 y medio litro de agua.
• Frutas frescas, chocolates, panes, barras de energía, caramelos, etc.
• Bastones de trekking (opcional)
• Bloqueador solar.
• Cámara fotográfica.
Punto de reunión :
Domingo 07 de Abril , en el parque Echenique (Chosica)
Hora de Inicio: 8:30 a.m.
Hora de Retorno: 6:00 p.m.
COSTO:
Cuota de inscripción a la salida S/.15.00 (DEPOSITO A CTA DEL BCP 193-25512852-0-56 en nuevos soles A NOMBRE DE JERRY FRANS CCANTO QUIÑONES)
Pasajes ida y vuelta, S/.20.00 (aproximadamente y son asumidos por cada caminante)
INFORMES E INSCRIPCIONES :
Guías / Responsables:
Francisco Palomino(frapalv@yahoo.com.mx)(Celular :988940328)
Santiago Maradiegue(maradiegue@enotriasa.com)(Celular: 999703951)
IMPORTANTE
Inscribirse hasta el Viernes 05 de Abril enviando sus datos(Nombres completos,DNI, teléfono de contacto y e-mail)al e-mail:ingrid_osorio@yahoo.com
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