24 de octubre de 2011

APURAID 2011 - MONTAÑISTAS 4.0


Estas competencias se ganan no solo con esfuerzo físico sino con valor y decisión...

Juan Carlos Origgi

Saludos amigos montañeros, hoy de manera inusual escribo esta reseña del Apuraid 2011 porque siento que fue una de las carreras de montaña mas interesantes y emotivas en las que he participado.
-¡ Vamos muchachos! Ya casi los alcanzamos - animaba Eliot Pastor a la cabeza del Equipo mientras corríamos por los angostos senderos de las montañas. Parecía otra competencia de montaña mas a las que estamos tan acostumbrados, pero no fue así. Partimos con buen rumbo al PC-1, llegamos primeros y luego continuamos al PC-2 pero tuve un desliz en la orientación que nos retraso y pasamos al segundo lugar, regalamos 15 minutos, momentos antes sin querer desprendí una gran roca que cayó a gran velocidad y casi arrasa con nuestro compañero Cristhian Pun que venía cerrando la marcha. Mas adelante corriendo en fila india por una acequia oímos un quejido de dolor y con preocupación vimos que Cristhian se levantaba a duras penas cojeando de la acequia, había pisado una piedra suelta y se torció duramente el pie, mas de uno en esta situación habría dicho - lo siento muchachos – pero tratándose de Cristhian yo sabía qué hacía falta mucho más que eso para lograr detenerlo. La verdad que Cristhian acababa de salir de un desgarro en la pierna por la que estuvo vendado y sin entrenar por dos meses así que no tenia precisamente todo a su favor motivo por el que no podía mantener su ritmo habitual, seguíamos regalando tiempo. Aún así corríamos raudos por la montaña acortando distancia con el equipo que iba a la cabeza, saliendo del PC-6 vimos dos túneles del tren y decidimos entrar a uno de ellos que parecía nos llevaría rápidamente hacia el Siguiente. PC, - entremos muchachos, nada mas recto que las vías de un tren – dije yo. Nada más lejos de la verdad. Entramos al túnel e inmediatamente quedamos en la más completa oscuridad, luces frontales en mano avanzamos por las vías del tren mientras chorreaba agua del techo y la ruta se curvaba imperceptiblemente. Se hizo inexplicablemente largo el cruce del túnel, al final vimos la luz de la salida y corrimos entusiasmados, pero en cuanto vi el paisaje note de inmediato que algo andaba mal, los chicos querían seguir adelante corriendo pero yo consulte mi brújula y me tomo 1 minuto para darme cuenta que el túnel había dado una inmensa vuelta en U bajo tierra y nos había alejado de nuestro objetivo, parecía burla. Conclusión regalamos 30 minutos más. Corregimos rumbo y llegamos al PC-7 junto a un puente de la vía férrea, firmamos el padrón y fuimos al puente. A 70 mts de altura el puente no tiene ninguna protección, lo que obliga mantener el equilibrio saltando sobre las durmientes con espacios entre ellos por los que fácilmente puedes caer al vacio con el mínimo descuido, yo avanzaba por el puente adelante a buen ritmo con Margarita quien como siempre tiene paso seguro y mantiene la serenidad, al llegar al final miramos atrás y vimos como Eliot perdía el equilibrio y tenia que agacharse para sujetarse de las vías del tren, la altura definitivamente no es lo suyo, pero eso no lo detuvo y siguió andando como araña, lentamente avanzó por las vías bajo la vigilante mirada de Cristhian que iba caminando a su lado. Otros tantos minutos de regalo. De ahí subimos rápido al punto del rapel. Todo pareció iniciar bien, Margarita rápidamente se equipó y se dispuso a rapelar supervisada por el responsable de la organización en este punto, mientras yo chequeaba el equipo de descenso de Eliot. Margarita bajo cuatro metros y se quedó colgada trabada, la cuerda no podía correr por su descensor, después que intento en vano de destrabarla muchas veces le dije que yo rapelaría luego que bajara Eliot y le ayudaría a solucionar el problema y así lo hice. Sucede que, gran error, en el mismo mosquetón había colocado rapelador y cordino de autoseguro, los cuales se trababan entre si. Conclusión toda una maniobra de rescate que nos tomo mucho tiempo y para mi mucha energía. Regalamos 20 minuto más. Con todos estos contratiempos y cerca al fin de la competencia era difícil pensar en llegar en primer lugar, pero para Montañistas 4.0 pensar en desistir jamás… la lucha es hasta el final… hasta el último minuto. Así que continuamos corriendo y acortando tiempo hacia el punto de cambio a bicicleta de montaña. En este punto increíblemente logramos recuperar tiempo y llegar a solo 20 minutos del primer equipo. La bajada en bicicleta fue vertiginosa la adrenalina nos movía y literalmente volábamos montaña abajo, llegamos a Matucana y seguimos cuidadosamente las indicaciones que nos dieron los organizadores sobre los puntos de referencia y de control, este aspecto es importante resaltarlo por la controversia generada posteriormente. Los organizadores tienen la potestad de modificar puntos de control y aspectos de la carrera y es responsabilidad de los competidores tener la capacidad de poder entender lo que leen o lo que se les indica por cansados que estén. Volviendo a la carrera, pasamos por Matucana acelerando cada vez mas, no quedó nada de energía por dar, no hubo ni aliento ni fuerza que no agotáramos, solo un mismo pensamiento en los cuatro… llegar en primer lugar. Alguna curvas mas adelante al divisar al otro equipo supimos que nuestro esfuerzo no sería en vano y efectivamente los superamos en el último minuto, en el último instante Montañista 4.0 se impuso y llegamos en el primer lugar a la meta. Fué espectacular y emocionante, la verdad hay que vivirlo para poder entender nuestro sentir al ganar la competencia luego de tantos contratiempos. Lo que sucedió después ya todos los saben al otro equipo se le otorgó increíblemente el primer lugar, es un equipo joven hicieron un buen esfuerzo y creo que han aprendido la lección. Estas competencias se ganan no solo con esfuerzo físico sino con valor y decisión hasta el último segundo, si lo entendieron, tal vez el siguiente año tengan alguna oportunidad. Como dijo nuestro Capitán Eliot Pastor en sus cortas palabras luego de felicitarlos magnánimamente,- Los esperamos el siguiente año – “ para ganarles nuevamente.”