CHICLA-LAGUNA DE NEVERIA-SAN MATEO DE HUANCHOR
Domingo 20 de Setiembre
La laguna Nevería 4569 msnm es un lugar muy frecuentado por la gente amante de las caminatas y campamentos.
La caminata empezara en el pueblo de Chicla 3793 al borde de la carretera Central a la altura del kilómetro 110 mas o menos. Empezamos a ascender por un camino que discurre por la quebrada Tranquilla, se llegara a Pisha 4450, desde donde se puede observar Nevado Nevería pero no la laguna, ya que una pequeña formación rocosa nos impide verla.
Estamos al lado de una gran mole rocosa que es el cerro Pisha de 4641 mts. Que se encuentra a la izquierda del paso del mismo nombre. Empezamos el descenso ingresando a la quebrada de Ucupampa a la derecha, por un camino que nos deja muy cerca de la laguna, nosotros nos dirigiremos por el lado izquierdo para bordearla, pasando por entre grandes piedras de donde salen viscáchas de gran tamaño.
Nivel : La caminata es de nivel exigente
Clima : frio. Pueden presentarse lluvias
Para realizar esta ruta se recomienda llevar lo siguiente :
• Zapatos de trekking.
• Ropa ligera para la caminata.
• Casaca de abrigo o impermeable.
• Poncho impermeable (para lluvia)
• Gorro con visera, guantes de lana o polar.
• Mochila de ataque (de 30 o 40 litros )
• 1 y medio litro de agua.
• Frutas frescas, chocolates, panes, barras de energía, caramelos, etc.
• Bastones de trekking (opcional)
• Bloqueador solar.
• Cámara fotográfica(Opcional).
Punto de reunión :
Domingo 20 de Setiembre, en el parque Echenique (Chosica)
Hora de salida: entre las 07:00 a.m.
Hora de retorno: 8:00 pm
Costos :
Cuota de inscripción a la salida S/. 20.00
Incluye Guiado,botiquin de primeros auxilios y radios de comunicacion
Guías / Responsables:
Karina Nuñez. 950306627(Karyaguilar23@gmail.com)
Lourdes Albujar 950306627(lualbujar@gmail.com)
DEPOSITO :
(DEPOSITO A CTA DEL BCP 193-25512852-0-56 en nuevos soles A NOMBRE DE JERRY FRANS CCANTO QUIÑONES)
IMPORTANTE:
Datos Obligatorios:
- Apellidos y nombres completos
- DNI
- Teléfono para contacto
- E-mail
Antes de realizar el pago debes de escribir a ingrid_osorio@yahoo.com, para reservar tu cupo.
CUPOS LIMITADOS Y EL VIERNES 18 DE SETIEMBRE CIERRE DE INSCRIPCIONES
14 de septiembre de 2015
7 de septiembre de 2015
LOMAS DE MANGOMARCA
LOMAS DE MANGOMARCA
DOMINGO 13 DE SETIEMBRE
Es un ecosistema ubicado en el distrito de San Juan de Lurigancho, a sólo 40 minutos del Centro de Lima y cuyo paisaje presenta gran belleza natural por la diversidad de flora y fauna que alberga.
La vegetacón característica de las Lomas de Mangomarca se desarrolla en las laderas de las lomas orientadas hacia el mar, las mismas que pueden llegar a medir mil metros de altura. Estas lomas reciben los vientos y la humedad del mar que estimula la generación de plantas silvestres creando un ecosistema particular en la zona. Tiene una extensión total de 400 hectáreas, alberga a más de 100 especies de plantas como la flor de Amancaes y árboles como la tara y huarango. Asimismo, es albergue de diveras especies de aves como la lechuza del arenal, el aguilucho, el pamperito y el cernícalo.
NIVEL DE LA RUTA : FACIL
DISTRITO: SAN JUAN DE LURIGANCHO
Esta ruta es recomendada para personas que se inician en las caminatas por el poco desnivel y la cercanía a Lima.
Para realizar esta ruta se recomienda llevar lo siguiente :
• Zapatos de trekking.
• Ropa ligera para la caminata.
• Casaca de abrigo o impermeable..
• Poncho impermeable (para lluvia)
• Gorro con visera, guantes de lana o polar.
• Mochila de ataque (de 30 o 40 litros )
• 1 y medio litro de agua.
• Frutas frescas, chocolates, panes, barras de energía, caramelos, etc.
• Bastones de trekking (opcional)
• Bloqueador solar.
• Cámara fotográfica.
Costo :
Público general: S/. 20.00 (Incluye Botiquin y guiado)
Guías / Responsables:
Lourdes Albujar 950306627(lualbujar@gmail.com)
Karina Nuñez. 950306627(Karyaguilar23@gmail.com)
Punto de partida:
Estacion del tren(Caja de Agua) que esta en la Cdra. 2 Av. Los Proceres de la independencia(San Juan de Lurigancho)
Hora de salida: 9 a.m(hora exacta).
Hora de retorno: 5 p.m
DEPOSITO :
(DEPOSITO A CTA DEL BCP 193-25512852-0-56 en nuevos soles A NOMBRE DE JERRY FRANS CCANTO QUIÑONES)
EVITAR PAGAR A LOS GUIAS
IMPORTANTE:
Datos Obligatorios:
- Apellidos y nombres completos
- DNI
- Teléfono para contacto
- E-mail
Antes de realizar el pago debes de escribir a ingrid_osorio@yahoo.com, para reservar tu cupo.
CUPOS LIMITADOS Y EL VIERNES 11 CIERRE DE INSCRIPCIONES
DOMINGO 13 DE SETIEMBRE
Es un ecosistema ubicado en el distrito de San Juan de Lurigancho, a sólo 40 minutos del Centro de Lima y cuyo paisaje presenta gran belleza natural por la diversidad de flora y fauna que alberga.
La vegetacón característica de las Lomas de Mangomarca se desarrolla en las laderas de las lomas orientadas hacia el mar, las mismas que pueden llegar a medir mil metros de altura. Estas lomas reciben los vientos y la humedad del mar que estimula la generación de plantas silvestres creando un ecosistema particular en la zona. Tiene una extensión total de 400 hectáreas, alberga a más de 100 especies de plantas como la flor de Amancaes y árboles como la tara y huarango. Asimismo, es albergue de diveras especies de aves como la lechuza del arenal, el aguilucho, el pamperito y el cernícalo.
NIVEL DE LA RUTA : FACIL
DISTRITO: SAN JUAN DE LURIGANCHO
Esta ruta es recomendada para personas que se inician en las caminatas por el poco desnivel y la cercanía a Lima.
Para realizar esta ruta se recomienda llevar lo siguiente :
• Zapatos de trekking.
• Ropa ligera para la caminata.
• Casaca de abrigo o impermeable..
• Poncho impermeable (para lluvia)
• Gorro con visera, guantes de lana o polar.
• Mochila de ataque (de 30 o 40 litros )
• 1 y medio litro de agua.
• Frutas frescas, chocolates, panes, barras de energía, caramelos, etc.
• Bastones de trekking (opcional)
• Bloqueador solar.
• Cámara fotográfica.
Costo :
Público general: S/. 20.00 (Incluye Botiquin y guiado)
Guías / Responsables:
Lourdes Albujar 950306627(lualbujar@gmail.com)
Karina Nuñez. 950306627(Karyaguilar23@gmail.com)
Punto de partida:
Estacion del tren(Caja de Agua) que esta en la Cdra. 2 Av. Los Proceres de la independencia(San Juan de Lurigancho)
Hora de salida: 9 a.m(hora exacta).
Hora de retorno: 5 p.m
DEPOSITO :
(DEPOSITO A CTA DEL BCP 193-25512852-0-56 en nuevos soles A NOMBRE DE JERRY FRANS CCANTO QUIÑONES)
EVITAR PAGAR A LOS GUIAS
IMPORTANTE:
Datos Obligatorios:
- Apellidos y nombres completos
- DNI
- Teléfono para contacto
Antes de realizar el pago debes de escribir a ingrid_osorio@yahoo.com, para reservar tu cupo.
CUPOS LIMITADOS Y EL VIERNES 11 CIERRE DE INSCRIPCIONES
6 de septiembre de 2015
ASCENSO AL NEVADO HUASCARAN POR LOS MONTAÑISTAS 4.0
RECORDANDO A DOS GRANDES MONTAÑISTAS 4.0
Nevado Huascarán 6.768 m.
31 Agosto – 5 Setiembre del 2,003
Por: Marco Vega
Sentado en el bus, camino a Huaraz recordaba cómo había surgido nuevamente la posibilidad de intentar escalar el Nevado Huascarán este año. Ya lo habíamos descartado, pues por cuestiones de trabajo y cruce de fechas con los grupos de Sergio, con quienes programamos hacer el ascenso nos vimos obligados a postergar la fecha inicial del 15 de Agosto al 24. Luego pensamos que por este año ya no tendríamos opción de intentarlo. El miércoles 20 retornaría a Lima, luego de haber realizado varios circuitos de trekking en la Cordillera Blanca, pensando que para mí la temporada había terminado. Pero un día antes Sergio me comenta que había surgido una última posibilidad de intentarlo, la fecha propuesta era del 31 de Agosto al 5 de Septiembre, en el transcurso de la semana lo confirmaría. Cuando estaba en Lima, recibí una llamada telefónica de Sergio quien me confirma la fecha, diciéndome que antes se iría al nevado Pisco. De ese modo otra vez me encontraba inmerso en una nueva aventura, pensaba que esta vez sí lograríamos hacer cumbre en el nevado Huascarán.
Como salida previa de entrenamiento y aclimatación al intento del nevado Huascarán, escalamos el nevado Pisco (5,752 m.s.n.m), los tres días que estuvimos ahí nos sirvió para evaluar el desempeño de las cordadas y ver si estábamos preparados físicamente para realizar un esfuerzo mayor. En total fuimos 7 los montañeros que hicimos cumbre el viernes 29 de Agosto, la cordada de Carlos, Jesús, Pierre, y la de Sergio, Luisa, a quien le costó mucho lograr el objetivo. Fuimos la primera cordada (Ryan y Marco) en hacer cumbre ese día, pasado el examen sólo nos quedaba descansar esa noche en el campo base, para bajar el día sábado a Huaraz y preparar la expedición al nevado Huascarán. El viernes en la noche llegaron al campo base nuestros amigos, Susi Espinoza, Niza Trujillo y Juan Narvaja, quienes habían ido a la laguna 69 y decidieron acompañarnos esa noche. El sábado muy temprano retornamos a la ciudad de Huaraz.
Después de conversar sobre si iríamos al Huascarán o no, pues el grupo dependía del acuerdo que tomaran Jesús, Pierre y Luisa. Finalmente ellos decidieron separarse en dos grupos el primero (Jesús y Pierre) irían al nevado Huascarán y Luisa intentaría el nevado Tocllaraju. Se tomó la decisión de salir el domingo temprano hacia Mancos de ahí nos dirigiríamos al poblado de Musho, punto de partida para escalar el nevado Huascarán, la aventura tendría una duración de cinco días. Seríamos dos grupos que iríamos juntos pero cada uno tomaría sus propias decisiones, los grupos estarían conformados de la siguiente manera, el primero por Sergio Ramírez, Carlos Callupe, Jesús (Mexicano), Pierre (Francés), Isaías (guía) y Alejandro (porteador de altura) y el otro por el “soldado” Ryan Charles, Juan Hernández y Marco Vega.
El domingo 31 de Agosto parte del grupo llegamos al campo base (4,130 m.s.n.m) a eso de las 3:40 de la tarde, el resto nos daría el alcance al día siguiente. Me sentía contento pues nuevamente tenía la oportunidad de intentar conseguir escalar la montaña más alta del Perú. Si estaba ahí era gracias al apoyo económico y moral de mis amigos, quienes estaban seguros que conseguiríamos el objetivo trazado. Luego de cenar conversamos un poco sobre el recorrido que realizaríamos al día siguiente hacia el campo 1, junto a nosotros también se encontraban en el campo base una expedición Ecuatoriana de 6 miembros, de la Universidad Politécnica del Ejercito, un guía y dos porteadores de altura. Ellos también realizarían el mismo itinerario que nosotros. De los 6 ecuatorianos sólo 4 intentarían hacer cumbre, 2 se quedarían en el refugio como enlaces.
Lunes 1
El lunes nos levantamos a las 6 de la mañana, mientras preparábamos el desayuno, llegaron Sergio, Carlos y Juan, con ellos completamos los dos grupos. Desmontamos el campamento, acomodamos las cosas en las mochilas y nos dirigimos hacia el Campo 1 (5,100 m.s.n.m), el camino ya lo conocía pues el año pasado lo recorrimos por primera vez. Mi cordada estaría compuesta por Ryan y Juan. Llegamos al refugio al medio día. Entre a saludar a Mercedes la encargada, de paso que dejaba a guardar algunas cosas hasta el retorno, que sería el jueves por la tarde. Ella se encontraba almorzando en la cocina, me invito a pasar y acompañarlos a almorzar; tallarines verdes, alverjas con cancha y un vaso de gaseosa fue el almuerzo de esa tarde. Ahí también se encontraba Eleazar Blas, un amigo que conocí cuanto estuve en el refugio Ishinca. Continuamos el camino ascendente por la morrena, una hora nos tomó llegar al inicio del Glaciar. Como Ryan y Juan estaban rezagados, continué solo por el glaciar hacia el campo 1, llegue al campamento cerca a la 3:30 pm.
Para instalar la carpa tuve que esperar una hora, pues Ryan era quien la traía, mientras tanto me dedique a preparar una plataforma en el hielo con el piolet, Jesús me apoyo en dicha tarea, cuando llego Ryan recién la pudimos completar. Juancito estaba muy retrasado, nosotros pensamos que ya no vendría. Armamos la carpa acomodando nuestras cosas en su interior, para luego empezar a cocinar, la tarea es un poco complicada pues primero tenemos que buscar un lugar donde instalar la cocina, luego buscar hielo limpio, el cual hay que derretirlo y luego se sigue con el proceso normal de cocina. Cuando ya estaba por hervir la sopa vimos la luz de un frontal al inicio del glaciar, era Juan quien recién estaba empezando a subir hacia el campamento. Sergio y Ryan fueron a ayudarlo, llegaron con él al campamento cerca de las 8 de la noche, él se encontraba muy cansado. Terminamos de comer cerca a las 10:00 pm, era demasiado tarde, pues al día siguiente tendríamos que levantarnos muy temprano, 3 de la mañana.
Martes 2
Pierre tenía fiebre, él retornaría a Huaraz y Sergio lo acompañaría. Mientras nosotros continuaríamos al campo 2 (6,000 m.s.n.m) Este tramo es él más complicado de la ruta, pues hay que entrar por la canaleta que es una zona llena de grietas, con fuertes pendientes y con el peligro de caídas de avalanchas. Nos levantamos a la hora acordada, no hacia demasiado frío estábamos a 5° sobre cero, preparamos el desayuno mientras alistábamos las mochilas y nos colocábamos el equipo. Una vez desayunados, con las mochilas listas empezamos la tarea de encordarnos, de primero iría yo, al centro Ryan y al final Juan. Estábamos en ese proceso cuando de pronto Juan dice sentirse mareado y que se regresa. Sergio vio una posibilidad de ir con nosotros, pero necesitaría de media hora para alistarse, al final declino ir, el resto del grupo ya había salido media hora antes al igual que el grupo de los ecuatorianos. Estábamos ansiosos por iniciar el ascenso, pues por cada minuto que pasaba nos rezagábamos más de los otros grupos.Una vez encordados, nos despedimos de nuestros amigos emprendiendo el camino hacia el Campo 2. La fuerte pendiente se hacía sentir, sobre todo cuando entramos a la canaleta, saltar grietas era casi una constante, al igual que cruzar por frágiles puentes de hielo. Íbamos cada vez más lento pues Ryan sentía el esfuerzo de la subida más el peso de su mochila. Llegamos a una zona donde tendríamos que destrepar una pared de hielo de unos 3 metros que terminaba sobre un puente de hielo, al fondo se veía una gran grieta desde donde empezaba una fuerte pendiente de unos 60 grados, este tramo me daba mala espina pues se veía muy complicado, le dije a Ryan para armar un sistema y bajar seguros, él me dijo que era mejor bajar sin asegurarnos pues perderíamos tiempo.
Al final la razón se impuso, decidimos armar el sistema, pues yo iría de primero y quería tener la seguridad de que si resbalaba el sistema detendría mi caída. Usando los dos piolets y las puntas de mis crampones, poco a poco fui descendiendo hasta llegar al puente, cruce la grieta y subí un poco por la fuerte pendiente, donde construí una repisa colocando ahí mi mochila asegurada a uno de mis piolets. Ahora me tocaba armar el sistema y asegurar el descenso de Ryan, una vez que todo estaba listo le dije que empezara a bajar, el sólo usaba un piolet pues le dio flojera sacar el otro, recién había descendido medio metro cuando pierde el equilibrio y vuela unos 3 metros cayendo a la grieta, el sistema detuvo su caída, se golpeó un poco la espalda. ¡Tremendo susto que pasamos! ¿Qué hubiera pasado si no lo hubiera asegurado? Quizás el ya no estaría más con nosotros, también podría haberme jalado a la grieta, quien sabe... pero lo bueno es que no pasó a mayores.
Llegamos al campo 2 a las 2:30 pm, el resto del grupo ya había armado sus carpas, tuvimos que armar una plataforma para poder instalar la nuestra, tarea que nos demandó más de una hora de trabajo. Carlos nos comenta que Alejandro sé cayo a una grieta arrastrándolo a él hasta menos de un metro del borde, donde finalmente detuvo la caída. El incidente se produjo cuando Alejandro intentó cruzar un puente de hielo el cual cedió bajo sus pies. Dos ecuatorianos que subían tras ellos tuvieron que ayudarlo a desencordase y trasladar el peso que soportaba la cuerda hacia una estaca, finalmente, con Isaías armaron un polipasto sacando al asustado Alejandro de la grieta. Tremendo susto que pasamos diría finalmente. El almuerzo cena de esa tarde fue sopa y tallarines rojos, más una taza de anís caliente, luego procedimos a derretir hielo para llenar nuestras botellas con agua, al no tener termos y para evitar que se congelen lo pondríamos dentro de nuestras bolsas de dormir. Al día siguiente, el más importante de todos, intentaríamos hacer cumbre en el nevado Huascarán, nos levantaríamos a las 4 de la mañana. Descansar a seis mil metros de altura no es nada fácil, se duerme poco, también podíamos escuchar el ruido de algunas avalanchas. Alejandro el porteador se quedaría en el campamento, seriamos dos cordadas, Carlos Isaías y Jesús en una, en la otra Ryan y Yo.
Miércoles 3
El campamento de los ecuatorianos se encontraba a unos 200 m del nuestro, sobre el collado. El gran día había llegado. Nos levantamos muy temprano y preparamos el desayuno. Sólo llevaríamos mochilas de ataque con lo necesario, un par de estacas, agua y algo de comida. Este tramo era el más importante para nosotros, pues significaba lograr el objetivo por el cual estábamos en la montaña. La ansiedad nos embargaba. Nuestras cordadas avanzaban junto a las cordadas de los ecuatorianos, éramos 10 montañeros en cuatro cordadas los que intentábamos lograr hacer cumbre. Poco a poco fuimos ganando altura, cruzando algunas grietas. Ahora el camino era subir pendientes tras pendientes, hasta que llegamos a una gran grieta en la fuerte pendiente que dificultaba el paso, pues tendría unos 5 metros de separación entre el borde inferior y el superior. Los dos grupos nos juntamos para poder superarlo. Tuvieron que levantar a un integrante del equipo ecuatoriano, quien usando sus dos piolets poco a poco logró llegar a una estaca y colocar la cuerda. Luego uno a uno fuimos subiendo por la cuerda usando los Jumars (dispositivos que sirven para ascender por una cuerda fija) una para cada mano. Este era el tramo más complicado de todo el recorrido, una vez que todos pasamos, nos quedaba sólo una hora y media hacia la cumbre.
Seguimos avanzando, el sol comenzaba a calentarnos, hicimos un alto para tomar un poco de agua, era una moderada pendiente, al fondo se mostraba una pequeña grieta. Con los guantes puestos traté de sacar los lentes de su estuche, cuando de pronto se me cae de las manos y resbala lentamente hacia la grieta, trate de asirlo pero no pude llegar a tiempo, la grieta se lo trago. ¿Ahora qué? Me dije, el reflejo de los rayos solares sobre el hielo me quemará la retina. Pregunté si alguien tenía lentes de repuesto... nadie, la otra cordada me dijo que tendría que sacrificar la cumbre y regresar al campo 2, pues si seguía podía quedarme ciego, eso lo sabía. Le dije a Ryan que se uniera a la cordada de Isaías, que yo regresaría al campo 2, él me dijo que continuáramos, que estábamos tan cerca, que podríamos lograrlo. El resto de cordadas continuaron por el camino ascendente hacia la cumbre. Después de pensar sobre alguna manera de cubrir mis ojos del reflejo del sol sobre el hielo, me dije que quizás si usaba mi gorro de lana como una máscara sobre mi cara podría seguir. Tapé mis ojos con el gorro de lana; tenía la sensación de ser un guerrero de la edad media, protegido con una máscara que cubría todo mi rostro, podía ver solo siluetas. Le dije a Ryan que continuaríamos.
Cuando nos faltaba poco para llegar a la cumbre, la cordada de Isaías, Carlos y Jesús ya estaban de regreso, una cordada de los ecuatorianos también había logrado llegar a la cumbre. Seguía la silueta del último de la otra cordada ecuatoriana, lo alcanzamos, uno de los ecuatorianos me dijo que si quería que lo adelantara, pero le dije que no, que como sólo podía ver un poco lo estaba siguiendo. Conforme nos íbamos acercando a la cumbre la emoción era cada vez más fuerte, hasta que llegó el momento en que el camino se terminó. Ya no había que subir más, estábamos en la cumbre, habíamos logrado hacer cumbre, nos abrazamos emocionados por estar ahí, en el techo del Perú, era una mezcla de emociones y sentimientos. Pensaba en mi familia, en mis amigos, en mi pasión por las montañas, por un momento me olvidé de la situación por la que estaba pasando, al no tener lentes y con el sol quemando con fuerza. Nos tomamos una foto pues cuando me quitaba el gorro de los ojos no podía ver absolutamente nada, el reflejo del sol sobre la nieve era demasiado fuerte.
Corría un poco de viento, un pequeño manto de nubes cubría los otros nevados, aquellos que se encontraban debajo de nosotros, dificultando un poco el poder distinguirlos. Queríamos disfrutar un poco más de este grandioso momento. Fuimos los últimos en tomar el camino de regreso al campo 2, íbamos muy despacio pues como sólo veía siluetas nos alejábamos cada vez más del resto de cordadas. Ryan me dijo que fuera un poco más rápido, le dije que era imposible, pues no veía nada. Me decía que los demás pasarían la zona crítica y nosotros lo tendríamos que hacer solos. Al ir ahora el de primero, apuraba el paso, me costaba mucho seguir su ritmo, me salía del camino, tropezando a cada rato, las caídas eran constantes, empezaba a embargarme un sentimiento de impotencia y rabia, me dije que eso no era bueno, que no podía perder la calma, pues podía llevarnos a situaciones complicadas. La única solución para poder ir más rápido fue que él me prestara sus lentes, le dije que se quemaría la retina, me dijo que no le pasaría nada, que lo importante ahora era alcanzar a las cordadas que nos precedían. La advertencia estaba hecha, apuramos el paso, logrando alcanzar al resto de cordadas. Tuvimos que realizar dos rápeles para pasar por la gran grieta. Luego de una hora y media ya estábamos de nuevo en el campo 2. Ryan me dijo que él no cocinaría esa tarde pues le empezaba a molestar la vista.
Preparé sopa, le dije que su plato ya estaba servido, pero la vista le molestaba demasiado, me dijo que no comería nada esa noche, así que solo tomé la sopa y una taza con anís caliente. La vista se le había inflamado demasiado, el dolor era cada vez más intenso y cada vez veía menos. Hicimos que se lavara los ojos con agua de manzanilla, luego de un rato con agua de coca, colocándose las hojas sobre los ojos, pero no había señales de mejora. Mi preocupación ahora era sobre como haríamos al día siguiente para bajar hasta Musho, Ryan estaba ciego y yo no tenía lentes de repuesto. Durante toda la noche Ryan apenas pudo conciliar el sueño, a cada rato se levantaba y quejaba de la molestia que tenía en los ojos, los cuales estaban totalmente inflamados.
Jueves 4
Nos levantamos a las 5 de la mañana, Ryan quería quedarse en el campo 2 un día más, pues decía que no veía nada y quería esperar a que su vista mejorara. Lo convencimos para bajar pues no era nada recomendable quedarse un día más en el campo 2. Desarmé la carpa, armamos las mochilas, el resto del grupo empezó el camino de regreso, mientras nosotros aún no terminábamos de alistarnos. No desayunamos pues la idea era llegar al refugio y hacerlo ahí. Cuando pasaron los ecuatorianos volví a preguntarles si alguno de ellos tenía lentes de repuesto, uno de ellos me dijo que buscara en el bolsillo superior de su mochila, para suerte mía encontré unos anteojos. Nos encordamos, Ryan iría de primero, Yo al final, no dio resultado pues al bajar el primer desnivel de un metro y medio y no tener una idea de lo que había bajos sus pies, le tomo una eternidad, me dije que si continuábamos así, nos tomaría más de un día salir del glaciar.
Invertimos el orden de la cordada reduciendo la separación entre ambos a 4 metros, ahora me tocaba ser sus ojos en el camino de retorno. El tramo más complicado era ir del campo 2 al campo 1, por la cantidad de grietas que teníamos que saltar, las fuertes pendientes que destrepar y la posibilidad de que nos cogiera una avalancha. Iba muy despacio, tenía que indicarle que caminara 3 metros a la derecha, 5 a la izquierda, que fuera en diagonal, que se ayudara con las manos, que tanteara con el pie antes de dar el siguiente paso, que se acercara lentamente al borde de la grieta, para luego saltar. Cuando llegamos a la zona donde él había volado dos días atrás, tuvo que asegurarme siguiendo solo las indicaciones que le daba, demostrando tener buena técnica y mucha sangre fría. Él renegaba a cada momento, poco a poco fuimos saliendo de la zona de peligro y llegamos al campo 1. De ahí el camino a seguir era mucho más fácil. Ganamos un poco de velocidad, hasta que logramos salir del glaciar. Estábamos en una zona segura; habíamos logrado salir íntegros de la montaña. Ahora teníamos otro desafío: llegar al refugio. Caminar por la morrena era más complicado que ir por el glaciar, pues el terreno es más irregular y el peligro de resbalar y caer es mayor, sobre todo si se tiene que guiar a una persona que no ve absolutamente nada.
Nos tomó unas 2 horas llegar al refugio. El grupo de ecuatorianos se encontraba descansando. Le dije a Mercedes la encargada del refugio, que mi amigo se había quedado ciego, preguntándole si en el botiquín del refugio había gotas para la vista, me dijo que no, que se habían agotado. La única solución que encontramos fue que se lavara la vista con agua de coca, para después colocarle rodajas de papa sobre la vista. Meche nos prestó una habitación para que Ryan descansara, mientras tanto puse a secar la carpa, las parcas, las botas de plástico, la cuerda y todo lo que había húmedo o mojado. Meche me invito a almorzar, me puse a conversar con Marcos el guía de los ecuatorianos, hasta que nos despedimos pues ellos seguirán bajando hasta el campo base donde pasarían la noche.
En el refugio estábamos a salvo. Al final me quedé solo en el comedor, Ryan descansaba, Meche y su ayudante se encontraba fuera del refugio, recogiendo las frazadas que habían lavado. Pasaron unas cuatro horas y empezaba a caer la noche, le pregunte a Ryan si armábamos la carpa o dormiríamos en el refugio, me dijo que en el refugio. Una vez terminado de cenar nos fuimos a descansar, Ryan presentaba una ligera mejoría en sus ojos, ahora podía distinguir las siluetas. Dependiendo de la evolución de sus ojos tomaríamos la decisión de bajar mañana a Musho o quedarnos un día más en el refugio.
Viernes 5
Amaneció y Ryan estaba mucho mejor. El descanso más los lavados continuos de sus ojos con el agua de coca y las rodajas de papa, habían realizado un excelente trabajo. Tomamos desayuno, alistamos nuestras mochilas, cancelamos el importe acordado con Mercedes y emprendimos el camino de bajada a Musho, que nos tomó unas 3 horas. En el local de Abraham Cordero nos sentamos a descansar, nos encontrábamos en un lugar seguro, habíamos dejado atrás el peligro, era el momento de celebrar la cumbre lograda. Nos tomamos dos botellas de cerveza. La satisfacción nos embargaba, la felicidad empezó a apoderarse de nosotros, estábamos eufóricos, no por la cerveza ingerida, sino por haber logrado salir ilesos de una situación complicada. El trabajo en equipo había logrado dar sus frutos, me sentía contento pues había ayudado a un gran amigo a salir de una situación que pudo haber terminado en tragedia, el “soldado” Ryan mostró un gran temple para poder superar la ceguera temporal producto de una fatalidad. Ahora sólo nos quedaba ir a Huaraz a encontrarnos con el resto de los amigos para continuar con la celebración.
Participaron:
• Marco Vega
• Ryan Charles
Nevado Huascarán 6.768 m.
31 Agosto – 5 Setiembre del 2,003
Por: Marco Vega
Sentado en el bus, camino a Huaraz recordaba cómo había surgido nuevamente la posibilidad de intentar escalar el Nevado Huascarán este año. Ya lo habíamos descartado, pues por cuestiones de trabajo y cruce de fechas con los grupos de Sergio, con quienes programamos hacer el ascenso nos vimos obligados a postergar la fecha inicial del 15 de Agosto al 24. Luego pensamos que por este año ya no tendríamos opción de intentarlo. El miércoles 20 retornaría a Lima, luego de haber realizado varios circuitos de trekking en la Cordillera Blanca, pensando que para mí la temporada había terminado. Pero un día antes Sergio me comenta que había surgido una última posibilidad de intentarlo, la fecha propuesta era del 31 de Agosto al 5 de Septiembre, en el transcurso de la semana lo confirmaría. Cuando estaba en Lima, recibí una llamada telefónica de Sergio quien me confirma la fecha, diciéndome que antes se iría al nevado Pisco. De ese modo otra vez me encontraba inmerso en una nueva aventura, pensaba que esta vez sí lograríamos hacer cumbre en el nevado Huascarán.
Como salida previa de entrenamiento y aclimatación al intento del nevado Huascarán, escalamos el nevado Pisco (5,752 m.s.n.m), los tres días que estuvimos ahí nos sirvió para evaluar el desempeño de las cordadas y ver si estábamos preparados físicamente para realizar un esfuerzo mayor. En total fuimos 7 los montañeros que hicimos cumbre el viernes 29 de Agosto, la cordada de Carlos, Jesús, Pierre, y la de Sergio, Luisa, a quien le costó mucho lograr el objetivo. Fuimos la primera cordada (Ryan y Marco) en hacer cumbre ese día, pasado el examen sólo nos quedaba descansar esa noche en el campo base, para bajar el día sábado a Huaraz y preparar la expedición al nevado Huascarán. El viernes en la noche llegaron al campo base nuestros amigos, Susi Espinoza, Niza Trujillo y Juan Narvaja, quienes habían ido a la laguna 69 y decidieron acompañarnos esa noche. El sábado muy temprano retornamos a la ciudad de Huaraz.
Después de conversar sobre si iríamos al Huascarán o no, pues el grupo dependía del acuerdo que tomaran Jesús, Pierre y Luisa. Finalmente ellos decidieron separarse en dos grupos el primero (Jesús y Pierre) irían al nevado Huascarán y Luisa intentaría el nevado Tocllaraju. Se tomó la decisión de salir el domingo temprano hacia Mancos de ahí nos dirigiríamos al poblado de Musho, punto de partida para escalar el nevado Huascarán, la aventura tendría una duración de cinco días. Seríamos dos grupos que iríamos juntos pero cada uno tomaría sus propias decisiones, los grupos estarían conformados de la siguiente manera, el primero por Sergio Ramírez, Carlos Callupe, Jesús (Mexicano), Pierre (Francés), Isaías (guía) y Alejandro (porteador de altura) y el otro por el “soldado” Ryan Charles, Juan Hernández y Marco Vega.
El domingo 31 de Agosto parte del grupo llegamos al campo base (4,130 m.s.n.m) a eso de las 3:40 de la tarde, el resto nos daría el alcance al día siguiente. Me sentía contento pues nuevamente tenía la oportunidad de intentar conseguir escalar la montaña más alta del Perú. Si estaba ahí era gracias al apoyo económico y moral de mis amigos, quienes estaban seguros que conseguiríamos el objetivo trazado. Luego de cenar conversamos un poco sobre el recorrido que realizaríamos al día siguiente hacia el campo 1, junto a nosotros también se encontraban en el campo base una expedición Ecuatoriana de 6 miembros, de la Universidad Politécnica del Ejercito, un guía y dos porteadores de altura. Ellos también realizarían el mismo itinerario que nosotros. De los 6 ecuatorianos sólo 4 intentarían hacer cumbre, 2 se quedarían en el refugio como enlaces.
Lunes 1
El lunes nos levantamos a las 6 de la mañana, mientras preparábamos el desayuno, llegaron Sergio, Carlos y Juan, con ellos completamos los dos grupos. Desmontamos el campamento, acomodamos las cosas en las mochilas y nos dirigimos hacia el Campo 1 (5,100 m.s.n.m), el camino ya lo conocía pues el año pasado lo recorrimos por primera vez. Mi cordada estaría compuesta por Ryan y Juan. Llegamos al refugio al medio día. Entre a saludar a Mercedes la encargada, de paso que dejaba a guardar algunas cosas hasta el retorno, que sería el jueves por la tarde. Ella se encontraba almorzando en la cocina, me invito a pasar y acompañarlos a almorzar; tallarines verdes, alverjas con cancha y un vaso de gaseosa fue el almuerzo de esa tarde. Ahí también se encontraba Eleazar Blas, un amigo que conocí cuanto estuve en el refugio Ishinca. Continuamos el camino ascendente por la morrena, una hora nos tomó llegar al inicio del Glaciar. Como Ryan y Juan estaban rezagados, continué solo por el glaciar hacia el campo 1, llegue al campamento cerca a la 3:30 pm.
Para instalar la carpa tuve que esperar una hora, pues Ryan era quien la traía, mientras tanto me dedique a preparar una plataforma en el hielo con el piolet, Jesús me apoyo en dicha tarea, cuando llego Ryan recién la pudimos completar. Juancito estaba muy retrasado, nosotros pensamos que ya no vendría. Armamos la carpa acomodando nuestras cosas en su interior, para luego empezar a cocinar, la tarea es un poco complicada pues primero tenemos que buscar un lugar donde instalar la cocina, luego buscar hielo limpio, el cual hay que derretirlo y luego se sigue con el proceso normal de cocina. Cuando ya estaba por hervir la sopa vimos la luz de un frontal al inicio del glaciar, era Juan quien recién estaba empezando a subir hacia el campamento. Sergio y Ryan fueron a ayudarlo, llegaron con él al campamento cerca de las 8 de la noche, él se encontraba muy cansado. Terminamos de comer cerca a las 10:00 pm, era demasiado tarde, pues al día siguiente tendríamos que levantarnos muy temprano, 3 de la mañana.
Martes 2
Pierre tenía fiebre, él retornaría a Huaraz y Sergio lo acompañaría. Mientras nosotros continuaríamos al campo 2 (6,000 m.s.n.m) Este tramo es él más complicado de la ruta, pues hay que entrar por la canaleta que es una zona llena de grietas, con fuertes pendientes y con el peligro de caídas de avalanchas. Nos levantamos a la hora acordada, no hacia demasiado frío estábamos a 5° sobre cero, preparamos el desayuno mientras alistábamos las mochilas y nos colocábamos el equipo. Una vez desayunados, con las mochilas listas empezamos la tarea de encordarnos, de primero iría yo, al centro Ryan y al final Juan. Estábamos en ese proceso cuando de pronto Juan dice sentirse mareado y que se regresa. Sergio vio una posibilidad de ir con nosotros, pero necesitaría de media hora para alistarse, al final declino ir, el resto del grupo ya había salido media hora antes al igual que el grupo de los ecuatorianos. Estábamos ansiosos por iniciar el ascenso, pues por cada minuto que pasaba nos rezagábamos más de los otros grupos.Una vez encordados, nos despedimos de nuestros amigos emprendiendo el camino hacia el Campo 2. La fuerte pendiente se hacía sentir, sobre todo cuando entramos a la canaleta, saltar grietas era casi una constante, al igual que cruzar por frágiles puentes de hielo. Íbamos cada vez más lento pues Ryan sentía el esfuerzo de la subida más el peso de su mochila. Llegamos a una zona donde tendríamos que destrepar una pared de hielo de unos 3 metros que terminaba sobre un puente de hielo, al fondo se veía una gran grieta desde donde empezaba una fuerte pendiente de unos 60 grados, este tramo me daba mala espina pues se veía muy complicado, le dije a Ryan para armar un sistema y bajar seguros, él me dijo que era mejor bajar sin asegurarnos pues perderíamos tiempo.
Al final la razón se impuso, decidimos armar el sistema, pues yo iría de primero y quería tener la seguridad de que si resbalaba el sistema detendría mi caída. Usando los dos piolets y las puntas de mis crampones, poco a poco fui descendiendo hasta llegar al puente, cruce la grieta y subí un poco por la fuerte pendiente, donde construí una repisa colocando ahí mi mochila asegurada a uno de mis piolets. Ahora me tocaba armar el sistema y asegurar el descenso de Ryan, una vez que todo estaba listo le dije que empezara a bajar, el sólo usaba un piolet pues le dio flojera sacar el otro, recién había descendido medio metro cuando pierde el equilibrio y vuela unos 3 metros cayendo a la grieta, el sistema detuvo su caída, se golpeó un poco la espalda. ¡Tremendo susto que pasamos! ¿Qué hubiera pasado si no lo hubiera asegurado? Quizás el ya no estaría más con nosotros, también podría haberme jalado a la grieta, quien sabe... pero lo bueno es que no pasó a mayores.
Llegamos al campo 2 a las 2:30 pm, el resto del grupo ya había armado sus carpas, tuvimos que armar una plataforma para poder instalar la nuestra, tarea que nos demandó más de una hora de trabajo. Carlos nos comenta que Alejandro sé cayo a una grieta arrastrándolo a él hasta menos de un metro del borde, donde finalmente detuvo la caída. El incidente se produjo cuando Alejandro intentó cruzar un puente de hielo el cual cedió bajo sus pies. Dos ecuatorianos que subían tras ellos tuvieron que ayudarlo a desencordase y trasladar el peso que soportaba la cuerda hacia una estaca, finalmente, con Isaías armaron un polipasto sacando al asustado Alejandro de la grieta. Tremendo susto que pasamos diría finalmente. El almuerzo cena de esa tarde fue sopa y tallarines rojos, más una taza de anís caliente, luego procedimos a derretir hielo para llenar nuestras botellas con agua, al no tener termos y para evitar que se congelen lo pondríamos dentro de nuestras bolsas de dormir. Al día siguiente, el más importante de todos, intentaríamos hacer cumbre en el nevado Huascarán, nos levantaríamos a las 4 de la mañana. Descansar a seis mil metros de altura no es nada fácil, se duerme poco, también podíamos escuchar el ruido de algunas avalanchas. Alejandro el porteador se quedaría en el campamento, seriamos dos cordadas, Carlos Isaías y Jesús en una, en la otra Ryan y Yo.
Miércoles 3
El campamento de los ecuatorianos se encontraba a unos 200 m del nuestro, sobre el collado. El gran día había llegado. Nos levantamos muy temprano y preparamos el desayuno. Sólo llevaríamos mochilas de ataque con lo necesario, un par de estacas, agua y algo de comida. Este tramo era el más importante para nosotros, pues significaba lograr el objetivo por el cual estábamos en la montaña. La ansiedad nos embargaba. Nuestras cordadas avanzaban junto a las cordadas de los ecuatorianos, éramos 10 montañeros en cuatro cordadas los que intentábamos lograr hacer cumbre. Poco a poco fuimos ganando altura, cruzando algunas grietas. Ahora el camino era subir pendientes tras pendientes, hasta que llegamos a una gran grieta en la fuerte pendiente que dificultaba el paso, pues tendría unos 5 metros de separación entre el borde inferior y el superior. Los dos grupos nos juntamos para poder superarlo. Tuvieron que levantar a un integrante del equipo ecuatoriano, quien usando sus dos piolets poco a poco logró llegar a una estaca y colocar la cuerda. Luego uno a uno fuimos subiendo por la cuerda usando los Jumars (dispositivos que sirven para ascender por una cuerda fija) una para cada mano. Este era el tramo más complicado de todo el recorrido, una vez que todos pasamos, nos quedaba sólo una hora y media hacia la cumbre.
Seguimos avanzando, el sol comenzaba a calentarnos, hicimos un alto para tomar un poco de agua, era una moderada pendiente, al fondo se mostraba una pequeña grieta. Con los guantes puestos traté de sacar los lentes de su estuche, cuando de pronto se me cae de las manos y resbala lentamente hacia la grieta, trate de asirlo pero no pude llegar a tiempo, la grieta se lo trago. ¿Ahora qué? Me dije, el reflejo de los rayos solares sobre el hielo me quemará la retina. Pregunté si alguien tenía lentes de repuesto... nadie, la otra cordada me dijo que tendría que sacrificar la cumbre y regresar al campo 2, pues si seguía podía quedarme ciego, eso lo sabía. Le dije a Ryan que se uniera a la cordada de Isaías, que yo regresaría al campo 2, él me dijo que continuáramos, que estábamos tan cerca, que podríamos lograrlo. El resto de cordadas continuaron por el camino ascendente hacia la cumbre. Después de pensar sobre alguna manera de cubrir mis ojos del reflejo del sol sobre el hielo, me dije que quizás si usaba mi gorro de lana como una máscara sobre mi cara podría seguir. Tapé mis ojos con el gorro de lana; tenía la sensación de ser un guerrero de la edad media, protegido con una máscara que cubría todo mi rostro, podía ver solo siluetas. Le dije a Ryan que continuaríamos.
Cuando nos faltaba poco para llegar a la cumbre, la cordada de Isaías, Carlos y Jesús ya estaban de regreso, una cordada de los ecuatorianos también había logrado llegar a la cumbre. Seguía la silueta del último de la otra cordada ecuatoriana, lo alcanzamos, uno de los ecuatorianos me dijo que si quería que lo adelantara, pero le dije que no, que como sólo podía ver un poco lo estaba siguiendo. Conforme nos íbamos acercando a la cumbre la emoción era cada vez más fuerte, hasta que llegó el momento en que el camino se terminó. Ya no había que subir más, estábamos en la cumbre, habíamos logrado hacer cumbre, nos abrazamos emocionados por estar ahí, en el techo del Perú, era una mezcla de emociones y sentimientos. Pensaba en mi familia, en mis amigos, en mi pasión por las montañas, por un momento me olvidé de la situación por la que estaba pasando, al no tener lentes y con el sol quemando con fuerza. Nos tomamos una foto pues cuando me quitaba el gorro de los ojos no podía ver absolutamente nada, el reflejo del sol sobre la nieve era demasiado fuerte.
Corría un poco de viento, un pequeño manto de nubes cubría los otros nevados, aquellos que se encontraban debajo de nosotros, dificultando un poco el poder distinguirlos. Queríamos disfrutar un poco más de este grandioso momento. Fuimos los últimos en tomar el camino de regreso al campo 2, íbamos muy despacio pues como sólo veía siluetas nos alejábamos cada vez más del resto de cordadas. Ryan me dijo que fuera un poco más rápido, le dije que era imposible, pues no veía nada. Me decía que los demás pasarían la zona crítica y nosotros lo tendríamos que hacer solos. Al ir ahora el de primero, apuraba el paso, me costaba mucho seguir su ritmo, me salía del camino, tropezando a cada rato, las caídas eran constantes, empezaba a embargarme un sentimiento de impotencia y rabia, me dije que eso no era bueno, que no podía perder la calma, pues podía llevarnos a situaciones complicadas. La única solución para poder ir más rápido fue que él me prestara sus lentes, le dije que se quemaría la retina, me dijo que no le pasaría nada, que lo importante ahora era alcanzar a las cordadas que nos precedían. La advertencia estaba hecha, apuramos el paso, logrando alcanzar al resto de cordadas. Tuvimos que realizar dos rápeles para pasar por la gran grieta. Luego de una hora y media ya estábamos de nuevo en el campo 2. Ryan me dijo que él no cocinaría esa tarde pues le empezaba a molestar la vista.
Preparé sopa, le dije que su plato ya estaba servido, pero la vista le molestaba demasiado, me dijo que no comería nada esa noche, así que solo tomé la sopa y una taza con anís caliente. La vista se le había inflamado demasiado, el dolor era cada vez más intenso y cada vez veía menos. Hicimos que se lavara los ojos con agua de manzanilla, luego de un rato con agua de coca, colocándose las hojas sobre los ojos, pero no había señales de mejora. Mi preocupación ahora era sobre como haríamos al día siguiente para bajar hasta Musho, Ryan estaba ciego y yo no tenía lentes de repuesto. Durante toda la noche Ryan apenas pudo conciliar el sueño, a cada rato se levantaba y quejaba de la molestia que tenía en los ojos, los cuales estaban totalmente inflamados.
Jueves 4
Nos levantamos a las 5 de la mañana, Ryan quería quedarse en el campo 2 un día más, pues decía que no veía nada y quería esperar a que su vista mejorara. Lo convencimos para bajar pues no era nada recomendable quedarse un día más en el campo 2. Desarmé la carpa, armamos las mochilas, el resto del grupo empezó el camino de regreso, mientras nosotros aún no terminábamos de alistarnos. No desayunamos pues la idea era llegar al refugio y hacerlo ahí. Cuando pasaron los ecuatorianos volví a preguntarles si alguno de ellos tenía lentes de repuesto, uno de ellos me dijo que buscara en el bolsillo superior de su mochila, para suerte mía encontré unos anteojos. Nos encordamos, Ryan iría de primero, Yo al final, no dio resultado pues al bajar el primer desnivel de un metro y medio y no tener una idea de lo que había bajos sus pies, le tomo una eternidad, me dije que si continuábamos así, nos tomaría más de un día salir del glaciar.
Invertimos el orden de la cordada reduciendo la separación entre ambos a 4 metros, ahora me tocaba ser sus ojos en el camino de retorno. El tramo más complicado era ir del campo 2 al campo 1, por la cantidad de grietas que teníamos que saltar, las fuertes pendientes que destrepar y la posibilidad de que nos cogiera una avalancha. Iba muy despacio, tenía que indicarle que caminara 3 metros a la derecha, 5 a la izquierda, que fuera en diagonal, que se ayudara con las manos, que tanteara con el pie antes de dar el siguiente paso, que se acercara lentamente al borde de la grieta, para luego saltar. Cuando llegamos a la zona donde él había volado dos días atrás, tuvo que asegurarme siguiendo solo las indicaciones que le daba, demostrando tener buena técnica y mucha sangre fría. Él renegaba a cada momento, poco a poco fuimos saliendo de la zona de peligro y llegamos al campo 1. De ahí el camino a seguir era mucho más fácil. Ganamos un poco de velocidad, hasta que logramos salir del glaciar. Estábamos en una zona segura; habíamos logrado salir íntegros de la montaña. Ahora teníamos otro desafío: llegar al refugio. Caminar por la morrena era más complicado que ir por el glaciar, pues el terreno es más irregular y el peligro de resbalar y caer es mayor, sobre todo si se tiene que guiar a una persona que no ve absolutamente nada.
Nos tomó unas 2 horas llegar al refugio. El grupo de ecuatorianos se encontraba descansando. Le dije a Mercedes la encargada del refugio, que mi amigo se había quedado ciego, preguntándole si en el botiquín del refugio había gotas para la vista, me dijo que no, que se habían agotado. La única solución que encontramos fue que se lavara la vista con agua de coca, para después colocarle rodajas de papa sobre la vista. Meche nos prestó una habitación para que Ryan descansara, mientras tanto puse a secar la carpa, las parcas, las botas de plástico, la cuerda y todo lo que había húmedo o mojado. Meche me invito a almorzar, me puse a conversar con Marcos el guía de los ecuatorianos, hasta que nos despedimos pues ellos seguirán bajando hasta el campo base donde pasarían la noche.
En el refugio estábamos a salvo. Al final me quedé solo en el comedor, Ryan descansaba, Meche y su ayudante se encontraba fuera del refugio, recogiendo las frazadas que habían lavado. Pasaron unas cuatro horas y empezaba a caer la noche, le pregunte a Ryan si armábamos la carpa o dormiríamos en el refugio, me dijo que en el refugio. Una vez terminado de cenar nos fuimos a descansar, Ryan presentaba una ligera mejoría en sus ojos, ahora podía distinguir las siluetas. Dependiendo de la evolución de sus ojos tomaríamos la decisión de bajar mañana a Musho o quedarnos un día más en el refugio.
Viernes 5
Amaneció y Ryan estaba mucho mejor. El descanso más los lavados continuos de sus ojos con el agua de coca y las rodajas de papa, habían realizado un excelente trabajo. Tomamos desayuno, alistamos nuestras mochilas, cancelamos el importe acordado con Mercedes y emprendimos el camino de bajada a Musho, que nos tomó unas 3 horas. En el local de Abraham Cordero nos sentamos a descansar, nos encontrábamos en un lugar seguro, habíamos dejado atrás el peligro, era el momento de celebrar la cumbre lograda. Nos tomamos dos botellas de cerveza. La satisfacción nos embargaba, la felicidad empezó a apoderarse de nosotros, estábamos eufóricos, no por la cerveza ingerida, sino por haber logrado salir ilesos de una situación complicada. El trabajo en equipo había logrado dar sus frutos, me sentía contento pues había ayudado a un gran amigo a salir de una situación que pudo haber terminado en tragedia, el “soldado” Ryan mostró un gran temple para poder superar la ceguera temporal producto de una fatalidad. Ahora sólo nos quedaba ir a Huaraz a encontrarnos con el resto de los amigos para continuar con la celebración.
Participaron:
• Marco Vega
• Ryan Charles
1 de septiembre de 2015
LOMAS DE CARABAYLLO
Las Lomas de Carabayllo
Domingo 06 de Setiembre
Las lomas de Carabayllo, también conocido como el "bosque seco", está formada por quebradas de suave pendiente, que en meses de invierno, cuando acontecen las grandes neblinas como consecuencia del sistema de corrientes marinas, capta la intensa humedad que va a permitir la aparición de variada flora que se extingue en los meses de sequía. Estas condiciones climatológicas permiten la formación del ecosistema natural llamado "vegetación de lomas", que algunos investigadores también lo conocen como "oasis de neblina" o "praderas de desierto".
El bosque seco de lomas de Carabayllo, tiene dos estaciones bien definidas: una en la época de invierno que va desde junio hasta octubre donde comienza la afloración de diversas especies vegetales; y la otra de verano, en los que el manto verde de los cerros desaparece, quedando sólo en la gran quebrada, pequeñas áreas arborizadas que es refugio de la fauna.
Entre la flora y fauna de la zona natural destacan: la lechuza de arenales, palomas y tórtolas, caracol de arenales; reptiles como el jergón de la costa, lagartijas del género Tropidurus y Cthenoblepharis; plantas como el tomatillo, tabaco silvestre; cactáceas, flores como la solana de flores azules y la Drymaría de las flores blancas. Además encontramos árboles leñosos como el Huarango, el mito y la tara. Asimismo encontramos otras especies que aún no son investigados.
NIVEL DE LA RUTA : FACIL
DISTRITO: CARABAYLLO
Esta ruta es recomendada para personas que se inician en las caminatas por el poco desnivel y la cercanía a Lima.
Para realizar esta ruta se recomienda llevar lo siguiente :
• Zapatos de trekking.
• Ropa ligera para la caminata.
• Casaca de abrigo o impermeable..
• Poncho impermeable (para lluvia)
• Gorro con visera, guantes de lana o polar.
• Mochila de ataque (de 30 o 40 litros )
• 1 y medio litro de agua.
• Frutas frescas, chocolates, panes, barras de energía, caramelos, etc.
• Bastones de trekking (opcional)
• Bloqueador solar.
• Cámara fotográfica.
Costo :
Público general: S/. 20.00 (Incluye Botiquin y guiado)
Guías / Responsables:
Francisco Ramos. 992-032424(franpiscoramos@hotmail.com).
Ingrid Osorio. 945-340471(ingrid_osorio@yahoo.com)
Punto de partida:
Panamericana Norte (Plaza VEA ex METRO)
Hora de salida: 9 a.m(hora exacta).
Hora de retorno: 5 p.m
DEPOSITO :
Cuota de inscripción a la salida S/.20.00 (DEPOSITO A CTA DEL BCP 193-25512852-0-56 en nuevos soles A NOMBRE DE JERRY FRANS CCANTO QUIÑONES)(importante hacer el deposito para evitar el cobro en la ruta)
IMPORTANTE:
Datos Obligatorios:
- Apellidos y nombres completos
- DNI
- Teléfono para contacto
- E-mail
Antes de realizar el pago debes de escribir a ingrid_osorio@yahoo.com, para reservar tu cupo.
CUPOS LIMITADOS Y 04 DE SETIEMBRE CIERRE DE INSCRIPCIONES
Domingo 06 de Setiembre
Las lomas de Carabayllo, también conocido como el "bosque seco", está formada por quebradas de suave pendiente, que en meses de invierno, cuando acontecen las grandes neblinas como consecuencia del sistema de corrientes marinas, capta la intensa humedad que va a permitir la aparición de variada flora que se extingue en los meses de sequía. Estas condiciones climatológicas permiten la formación del ecosistema natural llamado "vegetación de lomas", que algunos investigadores también lo conocen como "oasis de neblina" o "praderas de desierto".
El bosque seco de lomas de Carabayllo, tiene dos estaciones bien definidas: una en la época de invierno que va desde junio hasta octubre donde comienza la afloración de diversas especies vegetales; y la otra de verano, en los que el manto verde de los cerros desaparece, quedando sólo en la gran quebrada, pequeñas áreas arborizadas que es refugio de la fauna.
Entre la flora y fauna de la zona natural destacan: la lechuza de arenales, palomas y tórtolas, caracol de arenales; reptiles como el jergón de la costa, lagartijas del género Tropidurus y Cthenoblepharis; plantas como el tomatillo, tabaco silvestre; cactáceas, flores como la solana de flores azules y la Drymaría de las flores blancas. Además encontramos árboles leñosos como el Huarango, el mito y la tara. Asimismo encontramos otras especies que aún no son investigados.
NIVEL DE LA RUTA : FACIL
DISTRITO: CARABAYLLO
Esta ruta es recomendada para personas que se inician en las caminatas por el poco desnivel y la cercanía a Lima.
Para realizar esta ruta se recomienda llevar lo siguiente :
• Zapatos de trekking.
• Ropa ligera para la caminata.
• Casaca de abrigo o impermeable..
• Poncho impermeable (para lluvia)
• Gorro con visera, guantes de lana o polar.
• Mochila de ataque (de 30 o 40 litros )
• 1 y medio litro de agua.
• Frutas frescas, chocolates, panes, barras de energía, caramelos, etc.
• Bastones de trekking (opcional)
• Bloqueador solar.
• Cámara fotográfica.
Costo :
Público general: S/. 20.00 (Incluye Botiquin y guiado)
Guías / Responsables:
Francisco Ramos. 992-032424(franpiscoramos@hotmail.com).
Ingrid Osorio. 945-340471(ingrid_osorio@yahoo.com)
Punto de partida:
Panamericana Norte (Plaza VEA ex METRO)
Hora de salida: 9 a.m(hora exacta).
Hora de retorno: 5 p.m
DEPOSITO :
Cuota de inscripción a la salida S/.20.00 (DEPOSITO A CTA DEL BCP 193-25512852-0-56 en nuevos soles A NOMBRE DE JERRY FRANS CCANTO QUIÑONES)(importante hacer el deposito para evitar el cobro en la ruta)
IMPORTANTE:
Datos Obligatorios:
- Apellidos y nombres completos
- DNI
- Teléfono para contacto
Antes de realizar el pago debes de escribir a ingrid_osorio@yahoo.com, para reservar tu cupo.
CUPOS LIMITADOS Y 04 DE SETIEMBRE CIERRE DE INSCRIPCIONES
Suscribirse a:
Entradas (Atom)