CUANDO NUESTRA PASION SE CONVIERTE EN UN DESAFIO….
Por Francisco Ramos
Esta historia empieza en el año 2000 cuando conocí por primera vez el balneario de Tuquillo. Como ha cambiado todo eso que llaman el progreso económico. Antes era una apacible playa concurrida solo por gente de Huarmey, ahora abundan las 4x4 y el bullicio.
La zona de Ancash y las provincias de Huarmey y Casma tienen mucho que mostrar por su geografía del litoral y sus estupendas playas, es así que decidí explorar (conocer lo que me faltaba conocer) a partir del balneario de Tuquillo, lugar donde terminé mi anterior exploración de la costa norte en el 2001, ahora seguiría para conocer qué hay más allá, ayudado de algunos mapas y de la propia experiencia en este tipo de recorridos, decidí ir el feriado largo. Mi meta era completar los casi 100 kilómetros que había desde Tuquillo a Tortugas.
Para lograr este propósito se tenía que llevar solo lo indispensable: EL AGUA , no cargar peso, en las mochilas solo llevar lo necesario, no carpa, no sleeping, no cocina, nada de nada, más que un atún por día y piqueos, pero poca agua, habría que tener resistencia a la sed, esto no es un juego ni un paseo como creen muchos, es algo “insufrible”, pero ya saben lo que ganarán cuando vean lo que yo he visto: atardeceres inimaginables, vistas sorprendentes y lo mejor, sentirse uno mismo que descubre cosas nuevas en su vida, lo que yo llamo VIVIR.
El sábado estuve temprano en Fiori, 25 soles a Huarmey, el feriado había hecho subir el pasaje pero era asequible. Llegamos a las 14:00 a Huarmey, de allí nos trasladamos a Tuquillo y sin almorzar, comenzamos a caminar hasta Culebras a un paso normal apreciando la playa y el atardecer bonito de ese día. Regresamos a Tuquillo porque mi amigo Sergio me había invitado a un almuerzo con su familia por su cumpleaños, así que cambio de planes, a descansar todo el domingo y salir el lunes temprano y seguir con la ruta desde Culebras. Este primer tramo lo hicimos desde las 15:00 hasta las 19:30 en una ida y vuelta aproximadamente de 18 km.
El día lunes partimos temprano desde Culebras a las 7:00 aproximadamente, nuestra meta era llegar a Las Aldas ese día. El Río Culebras estaba seco lo pasamos sin ninguna dificultad. El clima estaba nublado y después se fue nublando más y ya no dejó ver el mar ni los paisajes en su totalidad.
Una con otra, el sol nos dio chance pero al contrario no se podía ver a lo lejos lo que se venía, aun así seguimos caminando sin parar hasta las 12:00 m, pasando playa tras playa, cada una más interesante que la otra. Encontramos algunos pescadores que nos indicaban el nombre de las playas que íbamos cotejando en el mapa, en Mataserrano un pescador se sorprendió de que camináramos todo eso hasta Las Aldas, no se explicaba por qué, “ustedes vienen a estudiar algo acá” nos decía, respondí que lo hacíamos por pasear y conocer.
En la playa Canaco, donde las dunas llegan a la playa como teclas de piano, encontramos unos hombres que extraían piedras pequeñas del mar, las cernían y las llenaban en costales, me dijeron que las llevaban para hacer filtros, yo les dije que también eran para decorar acuarios. Uno de ellos me indicó cómo pasar el tramo siguiente donde está el “Pan de Azúcar” que nunca lo vi por más que subí un enorme cerro, todo estaba completamente nublado.
Llegamos a la Punta Infiernillo bonito lugar donde existe una fábrica de conchas de abanico. Ellos siembran las conchas de mar ayudados con unos lastres de concreto y unas boyas que hacen flotar las canastillas con las conchas dentro y después cuando crecen las cosechan. Descansamos aquí una hora aproximadamente, eran las 12:00 m.
De aquí en adelante el tramo se vuelve más bonito pero también más pesado y largo hasta pasar el cerro infiernillo. En este tramo he visto huesos de animales que parecían de vaca o caballo, conté 8 restos aproximadamente hasta la playa Río Seco. De allí viene la isla Grita Lobos y de allí la playa La Gramita. He pasado varias playas e islotes preciosos e impresionantes que sería largo enumerar, esto es solo un resumen.
Llegué a la Gramita a eso de las 19:00, se veían a lo lejos las luces de los bungalows del campamento Las Aldas, me dirigía hacia allí cuando vi la caleta de pescadores donde seguro habría tiendas y restaurantes. Nos acercamos en medio de la noche con nuestra frontal pero una jauría de perros salió a nuestro encuentro, parecía que todos los perros del pequeño pueblo se venían encima de nosotros. Retrocedimos y otra vez enrumbamos hacia los bungalows. Llegamos a la entrada y se apareció una camioneta saliendo de la estancia y el señor que manejaba amablemente nos preguntó que queríamos, le contamos que veníamos caminando desde Culebras y buscábamos un lugar dónde quedarnos. Él nos dijo que su alojamiento era muy caro para nosotros, como si pensáramos alojarnos allí, que si queríamos podíamos meternos en cualquier chozita que se encontraban por allí a modo de invasión, que jaláramos la estera y nos metiéramos por un costado, así lo hicimos y armamos nuestra improvisada carpa como si fuera hotel “millón de estrellas” porque el cuartucho no tenía techo solo el inmenso cielo.
Al otro día fuimos a recorrer la caleta de los pescadores y preguntar por la movilidad para regresar a Huarmey, habíamos decidido no continuar, dejando el tramo Las Aldas- Casma- Tortugas para otra oportunidad. Solo iríamos este día a recorrer el complejo arqueológico Las Aldas y otra vez la neblina no dejaba apreciar el bonito paisaje de este lugar, pero todo se despejó recién a las 10:30 a.m. Durante ese tiempo buscamos las ruinas, nadie nos dijo exactamente dónde estaban, no hay cartel ni señalización alguna, queríamos preguntarle a un pescador que estaba en su bote pero tan lejos que no nos escucharía. Peinamos toda la isla que da a la playa las mellizas y nada de ruinas, subimos al frente y nada, solo el inmenso desierto atrás y el cerro a la mano derecha (luego por internet averiguaríamos que estaba allí en ese cerro), bueno será para la próxima vez.
Salimos a la carretera que está a 1.5 Km. y nos recogió una movilidad que pasaba camino a Huarmey para comer un buen ceviche de mariscos y recuperar las energías. El ceviche de Huarmey es único por los mariscos de la zona. Les recomiendo una cevichería junto al mercado, donde el popular Henry en su pequeño puestito te sirve un ceviche como él dice “sin panca y sin alfalfa” puro marisco, chanque, lengua y su pescado a solo 8 soles todo recién salido del mar!!!!
Termina esta aventura con la satisfacción de haber visto bonitas playas, caletas con peñas, acantilados, bahías, desiertos, atardeceres, magníficas aves, fauna marina, personas amables en el camino, en fin … cosas que difícilmente se pueden describir … solo vivir.
Esta aventura continuará… hasta la próxima vez amigos.
Franpisco.
Agradecimientos especiales a Luz Bringas.
